Crisis en JxSí por el papel de los independientes

Germà Bel amenaza con dejar la dirección de grupo parlamentario

Los candidatos de Junts pel Sí Germà Bel y Raül Romeva, ayer en el Puerto de Tarragona.

Los candidatos de Junts pel Sí Germà Bel y Raül Romeva, ayer en el Puerto de Tarragona.

XABI BARRENA / BARCELONA

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El pasado mes de julio y tras meses de controversia y presiones, Artur Mas Oriol Junqueras,  flanqueados por las entidades independentistas como testigos, llegaron al pacto de concurrir juntos en las elecciones del 27-S. En el anterior pacto, el del 14 de enero, por el que CDC aceptaba las listas separadas, los dos partidos ya esbozaron que concurrirían a los comicios con unas listas con profusión de independientes. Es más, en uno de los movimientos de distracción con el que ERC pretendió librarse del yugo de tener que ir del brazo de los convergentes, y recogiendo una propuesta de la CUP, los republicanos plantearon una lista sin políticos y solo con personalidades de la sociedad civil. Los independientes se convirtieron en objeto codiciado por dar a la cuestión independentista una pátina de sentir popular, en un momento que la política se aleja del ciudadano. Uno de los independientes que acabó por formar parte de Junts pel SíGermà Bel, ha abierto una crisis en el grupo parlamentario al plantear su dimisión como miembro de la dirección .

Y es que todo el mundo, empezando por los propios partidos, han olvidado que JxSí no es una coalición de dos partidos, si no que hay una tercera parte, los propios independientes. Ya desde que se supieron los nombres que ingresarían en el hemiciclo corrieron las listas de diputados de CDC y de ERC, asumiendo cada partido a los independientes que ellos propusieron. Germà Bel, cabeza de lista por Tarragona y una de las voces más escuchadas en el grupo parlamentario, no solo porque en calidad de número 1 de una de las circumscripciones tenga un lugar en la dirección de Junts pel Sí, ha dicho basta. La dimisión no ha sido aun formalizada y se está pendiente de una reunión a celebrar esta semana para ver si la cúpula del grupo, formada por el presidente, el convergente Jordi Turull, y la portavoz, la republicana Marta Rovira, le disuaden o no de sus intenciones.

No es esta la primera vez que Bel critica las promiscuas relaciones entre grupo parlamentario, partidos y Govern. Durante el frenesí de nombramientos de cargos que sucedió a la investidura de Carles Puigdemont, a mediados del mes de enero, el diputado y experto en infraestructuras afeó que hubiera direcciones regionales de ERC que elaboraran listas de candidatos a delegados del Govern en su área territorial. 

MONUMENTO EN TORTOSA

En el fondo subyace el propio funcionamiento del grupo y las presiones externas  a las que fue sometido, por ejemplo, la semana pasada con motivo de la votación sobre la retirada del monumento levantado por el franquismo en Tortosa. Convergència, al rescate de su correligionario y alcalde de Tortosa, quería que se votara en contra de la moción de la CUP, por cuanto la ciudad del Ebro celebrará una consulta específica sobre la cuestión y, por tanto, pretendía que se respetara la volunta del territorio afectado. Más o menos como en la polémica entre CDC y ERC sobre BCN World y la eventual consulta. ERC, por el contrario, abogó por el voto a favor o por la abstención que favorecían, ambas, la aprobación de la propuesta de resolución. Los independientes también apoyaron, pasiva o activamente (Bel se abstuvo y Carme Forcadell votó a favor), la iniciativa, resultando, finalmente aprobada.

La dirección de JxSí resolvió la situación fijando el criterio de que, a partir de ahora, en las materias no incluídas en el programa electoral y sobre las que haya discrepancias internas, se optará por la libertad de voto.