Mas será candidato si hay elecciones mientras crece la tensión en la CUP

Estrategia invariable. Pese a la puerta abierta al pacto por parte de uno de los líderes de la CUP, David Fernàndez, Convergència y Mas siguen con sus planes intactos. No habrá cesiones extra a los anticapitalistas y las elecciones son una hipótesis tan real que el 'president' ya anuncia que sería de nuevo candidato en marzo.

En una entrevista en la cadena SER, Mas dedicó muy pocos adjetivos positivos a la opinión de Fernàndez favorable a apoyarle a cambio del plan de choque social. Tan solo dijo que esperaba que la incógnita cupera se despeje y que en el seno de es aformación hay quien “no acabe de entender que estemos en este bloqueo”. Nada más. Al contrario, el líder convergente dejó muy claro de nuevo a la CUP que los necesita para la investidura y poco más. Es decir, que pese a que públicamente el propio Mas ha afirmado que el acuerdo debería incluir también la navegación gubernamental diaria, ayer reconoció que está a las antípodas de la CUP en todo salvo la independencia, por lo cual buscará otros aliados para pilotar la gestión gubernamental si es investido.

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Y no se quedó ahí el aviso, sino que Mas puso sordina a uno de los objetivos de la CUP: la desobediencia inmediata. Dijo el 'president' que tras la sentencia del Constitucional contra la resolución rupturista del 9-N en el Parlament, las tres leyes que incluye esa declaración ahora anulada sí se aprobarán pero lo que se hará basicamente es "preparar las estructuras de Estado, no para que sean operativas sino par que la eventualidad de un Estado catalán, todo esté a punto y preparado". Gradualismo en estado puro frente a la exigencia cupera de demostrar con hechos la desobediencia. No en vano la organización anticapitalista ya ha afeado a Junts pel Sí que presentara alegaciones ante el Constitucional al que se ha decidido desobedecer.

Este conjunto de mensajes de Mas responden al milímetro a una decisión convergente: mantener toda la presión a la CUP y dejar meridianamente claro a los anticapitalistas que las elecciones son una opción real si no aceptan investir a Mas en la asamblea decisiva del 27 de diciembre. Internamente, CDC no muestra una confianza excesiva en la CUP más allá de pronosticar una ruptura interna en este espacio político si finalmente se decide apoyar la investidura.

LOS RECELOS

Mientras, la formación anticapitalista trata de mantener su cohesión ante el impacto notable que ha tenido la toma de posición de David Fernàndez. La también exdiputada Isabel Vallet recordó que las tesis de Fernàndez son minoritarias tal como mostró la votación de la reunión de Manresa. Otros como la diputada Gabriela Serra han exigido un cierre de filas argumentando que “la colectividad” está por encima de posiciones personales.

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"JxS\u00ed y la CUP siguen negociando","text":"La negociaci\u00f3n entre Junts pel S\u00ed y la CUP sigue su curso tras el par\u00f3n sufrido las \u00faltimas semanas,\u00a0seg\u00fan han confirmado\u00a0fuentes pr\u00f3ximas a las conversaciones. Seg\u00fan estas voces, adem\u00e1s, la negociaci\u00f3n \"va bien\", sin m\u00e1s, lo que significa que ni hay avances significativos, ni\u00a0se espera, ni mucho menos, que se cierre en breve el acuerdo. \"No van ni mejor , ni peor que siempre\", apunta\u00a0otra voz. Aunque\u00a0tomando en cuenta que no hace ni cuatro d\u00edas del c\u00f3nclave anticapitalista de Manresa, y del portazo violento a la posibilidad de investir a Mas, tal y como estaban las cosas, el clima es de optimismo."}}

Y sobre todo lo que la CUP ha reclamado a Junts pel Sí y a Mas es que no espere a la víspera del 27 de diciembre a dotar de contenido el plan de choque social que según los anticapitalistas de momento no se ha concretado en nada por parte de JxSí. Algo que siguen negando en la coalición de Mas con ERC y diputados independientes. Sostienen, como dijo la vicepresidenta y 'consellera' de Benestar en funciones, Neus Munté, que sí se han ofrecido propuestas en cuestiones como la lucha contra la pobreza, la renta mínima o las becas comedor.

Posiciones, pues, contradictorias mientras sigue corriendo el reloj y todo indica que la guerra de nervios jugará un papel clave. En este sentido la CUP también ha avisado a Mas que sería muy peligroso obligar a la formación anticapitalista a decidir in extremis sobre unas propuestas sociales que requieren análisi y debate. Y tiempo. Un tiempo en cambio que se agota.

Con muestras de apertura por parte de Fernàndez frente a un bloque, el convergente, donde reina el hartazgo y la convicción de que cualquier movimiento adicional erosionará a la formación de Mas, que se está jugando su futuro de entrada en las elecciones generales del 20-D y recibe también presiones internas para no aflojar ante los anticapitalistas.