Rita Barberá deja el Ayuntamiento de Valencia

Rita Barberá sale de su despacho, este viernes, antes de anunciar que renuncia al acta de concejal.

Rita Barberá sale de su despacho, este viernes, antes de anunciar que renuncia al acta de concejal. / periodico

LAURA L. DAVID / VALENCIA

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Rita Barberá ha anunciado este viernes que deja el Ayuntamiento de Valencia con "toda la dignidad y el honor" y unos datos extraordinarios, con el mayor número de votos de cualquier otra candidatura y ganando "en todos los distritos electorales". En esta vida es importante saber perder y también saber ganar. Pero durante 24 años de alcaldesa de Valencia, Barberá ha usado su mayoría en el consistorio con vehemencia contra la oposición hasta prácticamente el último minuto. Siempre que podía, les recordaba su aplastante victoria. Hasta que el pasado 24 de mayo, según sus propias palabras, se llevó aquella 'hostia'. Este viernes, un día antes de que se constituya el ayuntamiento que hará alcalde a Joan Ribó (Compromís)Joan Ribó Compromís Barberá deja el consistorio.

"No es un adiós", ha justificado su marcha la ya exedil, que ha dicho que continuará como presidenta del grupo popular en Les Corts y seguirá viviendo en Valencia --negando así que vaya a irse de senadora a Madrid-- "ahora, además, muy preocupada por Valencia y por España". Con su despedida evita la foto del traspaso de vara de mando de la alcaldía a Ribó, que gobernará con el apoyo de los socialistas y València en Comú.

En estos días Barberá ha demostrado que encajar las derrotas tampoco se le da bien. Este jueves, en el pleno de las Corts, su cara era un poema. Y cuando desde la tribuna en el nuevo presidente de la cámara, el socialista Francesc Colomer, arrancaba su discurso con Vicent Andrés Estellés --¡Perquè hi haurà un dia que no podrem més i llavors ho podrem tot'-- para celebrar la entrada de la izquierda en la institución, la diputada Barberá no ahorró muecas y ademanes contrariados. Acabó la sesión, felicitó con desgana a los miembros de la Mesa y se escabulló hacia la calle sin atender a los medios. El lunes pasado, cuando todos los regidores del Ayuntamiento de Valencia acudieron a la Ciudad de la Justicia a recoger sus credenciales, ella envió a una secretaria. Otro gesto de que pensaba seriamente en no jurar el acta de concejala.

Con el peor resultado electoral de su historia (10 ediles, perdió casi 100.000 votos respecto al 2011) Barberá sabía que las cuentas para "frenar a la izquierda radical" no le saldrían de ninguna manera, aunque, a la desesperada, ofreció a Ciudadanos y al PSPV un acuerdo para hacer todo lo que estuviera en sus manos para que Compromís no alcanzara la alcaldía. C's le pidió como condición colocar a su candidato de alcalde y que ella se retirara como cabeza de lista. "Soy capaz de tantas cosas por Valencia y por España que cabe infinito", dijo hace apenas dos días. Pero el PSPV se negó a un pacto que consideró contra natura. De manera que, a pesar de que ella misma dijo después de las elecciones que "en el momento más difícil" no abandonaría el barco porque no era "una ratita política", Barberá --como se preveía-- no será la 'número 1' de la oposición en el ayuntamiento que gobernó durante casi un cuarto de siglo.