BARÓMETRO DEL GESOP

El 'impasse' soberanista erosiona a CiU y ERC y espolea a Ciutadans

JOSE RICO / BARCELONA

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Largo, muy largo se les va a hacer a Artur Mas y a Oriol Junqueras el paréntesis que abrieron en el proceso soberanista cuando decidieron retrasar hasta septiembre su experimento de elecciones «plebiscitarias». La fuerza que CiU y ERC ostentaban tras haber salvado el 9-N con un éxito de movilización se está consumiendo desde que el barco en dirección a Ítaca permanece fondeado a la espera de retomar el rumbo en mayo con la campaña de las elecciones municipales. Este compás de espera y la mar arbolada que propaga cada semana la 'comisión Pujol' suponen un revés para CiU y Esquerra, que a seis meses para las elecciones están bastante lejos de alcanzar la mayoría absoluta con la que el órdago independentista se consideraría refrendado. Ahora mismo son 10 los escaños que les separan de ese objetivo, según refleja el Barómetro Político de Catalunya del Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para EL PERIÓDICO.

CiU conserva el liderato que recuperó en noviembre, tras el 9-N, y ERC se mantiene en segundo lugar, pero ambas fuerzas han retrocedido después de su pacto para avanzar los comicios al 27-S. Mas lograría 31 o 32 escaños (hoy tiene 50), dos menos que en noviembre, mientras que Junqueras conseguiría 27 o 28 diputados (ahora tiene 21), cinco menos que en el anterior sondeo. En voto estimado, CiU ha cedido siete décimas y Esquerra, dos puntos y medio. Si en noviembre los republicanos se quedaban a tan solo un punto de los nacionalistas, la distancia actual es de 2,8 puntos. Es decir, los votantes de ERC han digerido peor que los de CiU el acuerdo Mas-Junqueras, que comportó la renuncia de su líder a forzar unas elecciones en marzo. No en vano, uno de cada 10 electores de Esquerra emigraría ahora a la CUP y otro tanto a CiU. Por su parte, el 18% de los votantes de Convergència apoyarían esta vez a ERC.

Pero Junqueras, que llegó a 'tener' 40 escaños en junio del 2013 tras un histórico 'sorpasso' a CiU, tiene que sumar a este frenazo del soberanismo otro motivo de preocupación: Ciutadans. Arreón tras arreón, el partido de Albert Rivera está ya en condiciones de disputarle la segunda plaza a ERC. De hecho, Ciutadans supera en medio punto de voto estimado a los republicanos, aunque en voto directo está tres puntos por detrás de Esquerra, que es primera fuerza, y siete décimas por detrás de CiU. Rivera, en pleno proceso de promoción personal por el resto de España pensando en las generales, podría obtener 23 o 24 escaños (hoy tiene 9), multiplicando por ocho los tres diputados con los que debutó en el 2006.

UN BLOQUE MENOS SÓLIDO

Todos estos movimientos de fuerzas, siempre en un contexto político de extrema volatilidad, han coincidido con una semana en la que el llamado 'procés' ha encadenado varios varapalos. El trabajo de campo se elaboró del 20 al 26 de febrero. El día 23 comparecieron en el Parlament el 'expresident' Jordi Pujol, su mujer, Marta Ferrusola y su primogénito, Jordi. El 25 el Tribunal Constitucional declaró nulo el sucedáneo de consulta del 9-N y cercenó la ley de consultas. Y el 26 el Consell de Garanties Estatutàries laminó las estructuras de Estado de CiU y ERC y el juez Santiago Vidal fue inhabilitado por el Consejo General del Poder Judicial. Nada de todo esto dio oxígeno al bloque independentista, cuya mayoría parlamentaría quedaría en manos de la CUP, el único partido secesionista que crece: de 3 pasaría a 9 o 10 diputados, nutriéndose de uno de cada 10 electores de Esquerra y el mismo porcentaje de ICV-EUiA.

Otro dato que muestra la erosión soberanista es que la suma de nacionalistas y republicanos se encuentra en mínimos históricos, habida cuenta de que en todas las elecciones a excepción de las de 1980 CiU y ERC han rebasado juntas la barrera de los 68 diputados. Con este resultado, Mas y Junqueras necesitarían siempre a la CUP para cubrir las etapas de su hoja de ruta independentista. Un plan que, cabe recordar, CiU y ERC tienen pendiente negociar en medio de los recelos de Unió, lo que de momento deja en el aire la unidad de la federación nacionalista.

El puñetazo propinado por Ciutadans al tablero catalán ha hecho moverse también al resto de jugadores, en especial a Podem, que en noviembre le disputaba la tercera posición, con 16 o 17 diputados. Ahora el partido lila, que acaba de estrenar líder en Catalunya, Gemma Ubasart, quedaría con 11 o 12 escaños. Este desgaste coincide con las polémicas que rodean a algunos dirigentes del partido, como Juan Carlos Monedero. Podem pescaría a dos de cada 10 votantes de ICV-EUiA, otros tantos del PSC, uno de cada 10 electores de la CUP y otros tantos de Ciutadans.

AIRE PARA EL PPC

El principal caladero de votos de Rivera sigue siendo el PP, al que arrebataría el 40% de sus votantes. No obstante, el partido de Alicia Sánchez-Camacho ha tomado una bocanada de aire en los últimos meses y obtendría 12 o 13 diputados (ahora tiene 19), dos más que en la encuesta anterior. El que no levanta cabeza es el PSC, que de nuevo se movería en una horquilla de 10 u 11 representantes (hoy tiene 20) al retener solo a tres de cada 10 votantes.

Peor le va a ICV-EUiA, que paga su bamboleo soberanista y el 'efecto Podem' con una sangría que le dejaría con 8 o 9 escaños, dos menos que en noviembre. Si no convence a Podem para aliarse, podría convertirse en farolillo rojo del Parlament.