ACTO EN FAVOR DE LA REFORMA DE LA CARTA MAGNA
El pronóstico de Iceta
El líder del PSC augura que en el 2016, tras el ciclo electoral que se avecina, se pactará una profunda reforma de la Constitución
Acto de comunión federalista en el Col.legi de Periodistes. El motivo, la presentación de un libro de esos que se explican por sí solos con el título: Pautas para una reforma constitucional, un trabajo coral de varios catedráticos («no son todos madrileños», dijo el coordinador de la obra Javier García Roca, acaso para tranquilizar el alma a los presentes). Asistencia discreta en número, pero destacada por su peso específico. Al menos dentro del PSC. Estaban los tres últimos primeros secretarios. Miquel Iceta, como orador; Pere Navarro y el expresident José Montilla, en la primera fila. La gran ausencia fue la de Josep Antoni Duran Lleida que, según relató el propio Iceta, sufría una inoportuna gastroenteritis. Eso sí, pidió al líder socialista que hiciera llegar al respetable su pesar por no poder hacer acto de presencia en el acto.
La introducción, más relacionada con los aspectos legales y formales, corrió a cargo tanto del coordinador de la obra, García Roca, como del ponente Eliseo Aja. Idea clave: en los países civilizados «se suele reformar la Constitución». En España, hasta ahora, simplemente se invalida una y se redacta otra. Es momento de invertir el curso de la historia.
Luego fue el turno de Iceta. La reforma de la Constitución que él querría federal «no es que sea la tercera vía. Es la única», aseveró. En su criterio, esta nueva Carta Magna debería recoger un reconocimiento explícito de la singularidad catalana, mediante algún tipo de cláusula, como la actual disposición adicional que cita los derechos forales.
«Catalunya es el país de [Joan] Miró, [Salvador] Dalí, de las seques amb butifarra y...de las hojas de ruta», se gustó Iceta haciendo gala de su conocida socarronería sarcástica. «Y esto», dijo blandiendo un ejemplar de la obra que estaban presentando, «les da sopas con honda a todas las hojas de ruta que yo he escuchado últimamente». Léase la de Artur Mas y la de Oriol Junqueras. Eso le llevó a señalar que los federalistas llevaban varios cuerpos de ventaja a los independentistas. Y tanto es así que, lanzado, Iceta hizo un augurio: «El 2016 será el año que en que veremos un gran y nuevo pacto constitucional». Es decir, tras el ciclo electoral completo que se producirá en, como mucho, 12 meses, llegará el momento del «diálogo y el acuerdo».
Y eso que el texto no es una apología explícita del federalismo. Porque, como explicó García Roca, la misma palabra provoca alergia «en la derecha española» por cuanto se imaginan la creación de sujetos soberanos, la simiente de futuras autodeterminaciones.
Y precisamente a este respecto, tanto Iceta como los catedráticos estuvieron de acuerdo en que una reforma constitucional no debería incluir el derecho a decidir de los territorios. «No hay ninguna Constitución en el mundo que la prevea», dijo una de ellos. E Iceta llamó a redactar «una ley de claridada, como la canadiense (aplicada en el Quebec)». Es decir, acudiendo a una imagen sumarial, a hacer «pieza separada».
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