Psicología inversa aplicada por WhatsApp

No, no hubo negociación previa a la decisión de ERC de no hacer caer los presupuestos. Lo reconoce CiU. Pero carga la responsabilidad a los republicanos, concretamente a Pere Aragonès, por negarse en su día a emprender un dialogo al respecto, más allà de un encuentro absolutamente estèril en la Conselleria de Economia hace 15 días.Para los republicanos, la película es otra. CiU no tuvo en ningún momento intención de negociar. Desde la reunión del 4 de diciembre, ni una llamada. En la cumbre Mas-Junqueras del pasado miércoles, ni una mención. «Es como si buscarán nuestro no para poder culparnos del bloqueo del Govern», señala una avezada voz republicana.

Así, la idea de no presentar enmienda a la totalidad y de rechazar, alineándose con CiU, las del resto de fuerzas surge enteramente del interior de ERC. De los grupos de WhatsApp, en concreto.

Junqueras tiene varios grupos establecidos. Por separado, y casi simultáneamente, dos grandes conocedores de los vericuetos parlamentarios como Joan Tardà y el propio Aragonès sugirieron esta vía para esquivar lo que ellos entendían que podía ser una trampa de CiU. Pura psicología inversa. Junqueras compró la medida.

CiU mantiene el pulso. Pero en privado, algunos de sus representantes asumen dos cuestiones: la incertidumbre y la posibilidad de que finalmente Mas no consiga ganar el pulso a Junqueras en cuanto a la lista única soberanista. En especial, tras las noticias sobre la imputacion del expresident Jordi Pujol y parte de su familia. Algo que pone sobre la mesa de nuevo el virus de la corrupción con el que ERC no quiere tener nada que ver. Ayer, en el pleno, un alto cargo republicano se indignó en petit comité por el tercer grado concedido al democristiano Lluís Gavaldà, del caso Pallerols.

En el escenario, la previsión de la federación es que antes del debate de las cuentas conselleria por conselleria, a partir del 19 de enero, habrá algun tipo de aproximacion con los republicanos. ¿Cuál? Se trata de una partida de póquer. CiU sigue muy enojada con los republicanos por no avalar unes cuentas que, argumentan, son mejores que las que Esquerra sí apoyó, las de este año 2014. Y, por tanto, la desconfianza sigue instalada en las relaciones entre ambos partidos, porque es mutua. ERC acusa a Mas de perder deliberadamente el tiempo... Y en CiU escuece que ERC fuerce ahora a Mas a comparecer por el caso Pujol. Esgrimen que «ERC sigue siendo ERC» en relación a la tradicional acusación que se vierte sobre los republicanos de partido poco serio y un socio poco fiable.