Sindicatos y entidades avalan el plus social de ERC

XABIER BARRENA / BARCELONA

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El discurso de Oriol Junqueras el martes en el Palau de Congressos captó la atención de sindicatos entidades sociales por el giro que dio a la hoja de ruta independentista fijada por Artur Mas, con la introducción del eje social. Sin abrazar la fe republicana aquellos que este jueves dialogaron con EL PERIÓDICO aplauden, en general, que, frente al intento de Mas de cerrar en un cajón cualquier intento de debatir, en una eventual campaña electoral, acerca de los problema sociales que genera una crisis que ya va por el octavo año de vida y que, desgraciadamente, goza de buena salud, el líder de ERC haya puesto sobre el tapete la necesidad de abordar estas cuestiones.

Los líderes de las dos principales centrales sindicales de Catalunya, UGT CCOO, Josep Maria Álvarez Joan Carles Gallego, respectivamente coinciden en la oportunidad del discurso de Junqueras. Para Álvarez, el proceso está ganando perspectiva social. «El discurso de Junqueras fue claramente de izquierdas», opina. «la Catalunya que se está construyendo se hace desde la izquierda», subraya.

El dirigente de la UGT considera que la intervención del líder republicano fue «potente» y responde a la mirada de un alcalde metropolitano (de Sant Vicenç dels Horts, en concreto, localidad que lidera los registros del paro en el área barcelonesa) y que, por tanto, es cercano a los problemas y sufrimientos de al ciudadanía. «Lo importante es que la política gire, aunque sea solo con el discurso, hacia una mayor sensibilidad respecto a quienes sufren una situación complicada. Creo que en este sentido, Junqueras tiene discurso».

INTENTO DE OBVIAR PROBLEMAS

Gallego valora que en un debate excesivamente inclinado hacia el conflicto político, «que ciertamente existe», pero que «obviaba los problemas de la gente, como el paro y la pobreza», el presidente de ERC haya remarcado ese acento social en su discurso. «Es un debate que está en la calle», sentencia.

«Más allá de las palabras», prosigue Gallego, «esta voluntad debería traducirse en los presupuestos del 2015 de manera que se inicie una recuperación de los derechos sociales de los ciudadanos», y si en el horizonte se dibujan las elecciones anticipadas «hay que ofrecer una propuesta alternativa de la gestión del día a día».

En la misma línea, el secretario general de CCOO opina que, en el caso de unas elecciones anticipadas, el Govern que saliese de las urnas tendría que compatibilizar «la respuesta al conflicto político con la atención a los problemas sociales» que califica de «estado de emergencia». Dicho de otro modo, nada de 18 meses de moratoria, como parece proponer el plan del 'president' antes de proclamar la independencia y llamar, de nuevo, a las urnas.

CRÍTICAS A MAS

«Ya era hora», se le escapa al presidente de la Federació d' Associacions de Veïns de BarcelonaLluís Rabell, cuando se le plantea la pregunta. «Lo que era más criticable del plan de Mas era, precisamente, la tentativa de evacuar del debate político todo lo relativo a la agenda social», señala.

A su parecer, Mas intenta «comprimir» las cuestiones propias de la escena política a era hora con el objetivo de «recomponer la mayoría presidencial». «Una propuesta de este tipo difícilmente podría obtener la mayoría parlamentaria» augura el líder vecinal «lo que conllevaría una situación de bloqueo que solo podría resolver Mas».

A su modo de ver, las eventuales elecciones deberían conducir a «un debate franco de programas e ideas». «Las elecciones parlamentarias son, por definición, todo lo contrario a un plebiscito, que pide la adhesión o no a una idea o persona», asevera Rabell, quien añade que plantear las eventuales anticipadas de este modo «es una trampa».

Con todo, en su apuesta por un Govern de concentración, Rabell observa que Junqueras «cae en la contradicción», puesto que evita aliarse con Mas al principio para hacerlo al final.

Para el coordinador general de Unió de PagesosJoan Caball, «es necesario hablar de todo», por lo que «sería poco serio» limitar el debate público a la cuestión independentista. Defiende, por tanto, el ahínco con que Junqueras pretende que los asuntos sociales no caigan en el olvido puesto que «el país tiene problemas y es obligatorio dialogar sobre cómo resolver los de hoy y, también, los que, a buen seguro» Catalunya tendrá en el día de «mañana».

Caball evita entrar en cuestiones que él cree que le son ajenas, por ejemplo, el debate sobre si es mejor la lista única o la lista 'paraguas': «No somos nadie para argumentar en favor de una u otra», señala, «pero sí para reclamar que el debate político tenga en cuenta, no solo lo que opinan los políticos, sino también aquello que apuntan los agentes sociales», sentencia.