ERC decide hoy quién liderará el asalto a la alcaldía de Barcelona

Tras la retirada de Jordi Portabella, actual líder municipal de ERC, las primarias que hoy se celebran para elegir el alcaldable republicano de las elecciones de mayo del 2015 han perdido aquella segunda lectura, en clave interna de partido y de liderazgo, que siempre se halla en unos comicios de esta índole. Oriol Junqueras asiste con tranquilidad al desenlace de la contienda que enfrenta hoy a Oriol Amorós y Alfred Bosch. Gane quien gane, y es difícil apostar por un favorito pues ambos candidatos llegan parejos a la votación, tras 16 años, habrá un nuevo líder municipal de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona. Y con el viento de cara.

La coyuntura, sin embargo, dota a estas primarias de atractivos añadidos. El pasado 25 de mayo, los republicanos fueron la fuerza más votada en el municipio de Barcelona. Salvando todas las extrapolaciones, lo que queda claro es que ERC cuenta ahora con mucho más apoyo en la ciudad del que tenía hace tres años, cuando obtuvo dos concejales en las últimas municipales.

Tanto Amorós como Bosch están trabajando ya con la mirada puesta más allá de hoy. Es decir, pensando en sus posibles listas electorales. La consigna que recibieron, ellos y todos los candidatos locales de ERC, de Oriol Junqueras es abrir el partido lo máximo posible. Ampliar la base  y, claro está, acometer el espacio histórico del PSC.

En Barcelona ese espacio va aparejado a un nombre, el de Pasqual Maragall. ¿Y cómo llegar al maragallismo? Tanto Bosch como Amorós han realizado movimientos de aproximación al exlíder municipal del PSC Jordi Martí. Este, además, a su vez, ha ido lanzando mensajes que pueden calificarse de Esquerra-friendly. Primero, rompiendo su carnet del PSC y, después, afirmando en una entrevista con Nació Digital que votaría sí-sí en la consulta. De los dos candidatos, el que más lejos ha ido es Amorós, quien, según pudo saber este diario, ha ofrecido a Martí formar parte de su lista si gana las primarias.

MÁXIMA IGUALDAD / Ambos diputados- en el Parlament Amorós y en el Congreso Bosch- llegan, a priori, muy igualados a la votación de hoy. La diferencia en la presentación de avales fue mínima en favor del segundo. Las diferencias programáticas son pocas, pues ambos priorizan la lucha contra la desigualdad social y la construcción de la eventual Barcelona capital de Estado. La pugna, pues, estriba en el perfil.

Amorós critica de Bosch que no piense dejar el escaño en el Congreso hasta que gane el acta de concejal. Y, sibilinamente, da a entender que el escritor es un paracaidista, como lo fueron en su momento varios candidatos de CiU al ayuntamiento.

Bosch, independiente, recuerda sus años en el comité organizador de los Juegos Olímpicos, que, dice, le aportaron grandes conocimientos de la ciudad. Y, no menos sibilinamente en estos momentos en que se discute sobre la vieja y la nueva política, insinúa que Amorós es un típico producto de la meritocracia interna de un partido político.