Cambio en la Corona

La espera tranquila del futuro Felipe VI

El Príncipe reflexionó sobre el relevo y el soberanismo en una reunión en el 2011

El príncipe Felipe de Borbón, en un acto oficial en Pamplona, el pasado 4 de junio.

El príncipe Felipe de Borbón, en un acto oficial en Pamplona, el pasado 4 de junio.

PILAR SANTOS
MADRID

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El Príncipe de Asturias se convertirá en el rey Felipe VI el próximo jueves, después de 28 años ejerciendo el papel de Heredero. Desde el día en que juró la Constitución, con 18 años, Felipe se ha estado preparando para ese momento. Y lo ha hecho con «tranquilidad», como él mismo dijo en una insólita reunión con periodistas hace ahora tres años.

Son muy pocos los momentos en los que el Príncipe ha hablado de manera oficial con la prensa en estas casi tres décadas. Anteriormente, solo se recuerda la vez que anunció su ruptura con Eva Sannum. En esta segunda ocasión, el lunes 24 de enero del 2011, el Príncipe quiso aprovechar que se celebraba el 25º aniversario de su jura de la Carta Magna para hacer «un ejercicio crítico» y analizar cómo le habían ido esos cinco lustros.

LA OPERACIÓN DE PULMÓN DEL REY / En esa reunión en la Zarzuela, de la que los medios informaron en su momento, el futuro Monarca respondió preguntas y algunas versaron sobre el momento del relevo en la Corona, un tema que por primera vez abordaba públicamente.

Seis meses antes, Juan Carlos había sido operado de un nódulo en el pulmón y los rumores de abdicación se habían disparado. Esas circunstancias, que le llevaron a reemplazar al Rey en algunos actos, le habían colocado bajo los focos y quiso dejar claro que no tenía «ninguna prisa» para acceder al trono. «Para lo que estoy preparado es para estar siempre dispuesto, siempre a la orden, para asumir la Corona con tranquilidad», declaró. A su juicio, las experiencias que ha acumulado como representante del Estado en las tomas de posesión iberoamericanas, como promotor de los intereses económicos por todo el mundo y como defensor de la cultura y el deporte españoles le han dado la «capacidad pública» suficiente para que el relevo se pueda hacer con «previsibilidad» y «normalidad».

LA «REVÁLIDA» DEL 23-F / El futuro jefe del Estado, que este año ha cumplido 46 años, también respondió preguntas sobre el 23-F y los recuerdos que tenía de aquellos tiempos. Destacó la «admiración» con la que, dentro y fuera de España, se miran esos años y a sus protagonistas. «Lo hicieron bien y salió bien, pero prefiero no necesitar ese tipo de reválidas», confesó, consciente de que su subida al trono se produciría en una coyuntura totalmente diferente a la de su padre.

En cuanto a su currículo, explicó que siempre le ha quedado la duda de si tendría que haber hecho algún estudio más, pero se mostró contento con el «equilibrio» entre la formación en España y en el extranjero (además del despacho oficial de las tres academias militares, hizo COU en Toronto, se licenció en Derecho en la Autónoma de Madrid y realizó un máster en Relaciones Internacionales en la universidad de Georgetown, en Washington). Igual de «satisfecho» se sentía con su vida privada y con los objetivos personales conseguidos.

En la reunión también se le planteó la cuestión de los referendos independentistas que se estaban realizando en muchos municipios catalanes. En aquellos días, Artur Mas llevaba apenas un mes al frente de la Generalitat y defendía el pacto fiscal. El escenario era muy diferente al actual, en el que el president ha convocado una consulta independentista para noviembre. Este asunto es uno de los retos a los que el nuevo Monarca tendrá que hacer frente en su reinado, puesto que la Constitución le señala como garante de la unidad de España. «Cuestionar siempre el statu quo y crear inestabilidad tampoco es bueno», se limitó a decir.

LOS EJES DE SU REINADO / Felipe abordará el desafío independentista catalán el jueves en su primer discurso como Rey, en el que definirá las prioridades de su reinado, según fuentes de la Zarzuela. El futuro jefe de Estado ya hizo una referencia a la tensión territorial en su primera alocución después de conocerse la noticia de la abdicación, la semana pasada, al asegurar que servirá a una España «unida y diversa» y advirtió de que hay que anteponer el «interés general» al particular.

En la Cámara baja le estarán escuchando los 17 presidentes autonómicos. Pese al episodio protagonizado por el president catalán -que durante unos días parecía que no iba a asistir a la proclamación por su viaje ya programado a EEUU-, su presencia y la del lendakari, Iñigo Urkullu, tienen una gran trascendencia, ya que durante los años en los que han sido jefes de Gobierno han evitado acudir al desfile del Día de la Hispanidad, el 12 de octubre. Ambos han declarado que lo hacen por responsabilidad «institucional».