Cinco razones para la renuncia de Susana Díaz a la secretaría general del PSOE

La presidenta de la Junta de Andalucía asume que el liderazgo nace del electorado más que del apoyo de expresidentes del Gobierno

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. / periodico

EDUARDO LÓPEZ ALONSO / Barcelona

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Susana Díaz, la presidenta de la Junta de Andalucía, se queda en su recién heredado feudo andaluz. La líder socialista ha tomado la decisión de no presentarse a la secretaría general del PSOE en el congreso extraordinario de julio. Existen varios proverbios que pueden respaldar la decisión. Desde aquel que resalta lo poco oportuno de desvestir un santo para vestir a otro, al otro de que más vale responsabilidad en mano que asumir demasiados riesgos. 

La cuestión es que el PSOE de Andalucía respira con "alivio" tras conocer la decisión de la presidenta de la Junta. Y ella quizá ha sido consciente de su propia realidad tras unos meses de ser la baronesa preferida entre la aristocracia socialista. La presidenta de la Junta de Andalucía asume que el liderazgo nace del electorado más que del apoyo de expresidentes del Gobierno.

Estas son algunas de las razones que sustentan la decisión:

1: El riesgo andaluz

Dirigentes socialistas no ocultan que, de haber dado el paso de saltar a la política estatal, el riesgo de inestabilidad política en Andalucía, donde el PSOE gobierna en coalición con IU, era una posibilidad demasiado realista. Díaz, que accedió hace nueve meses a la presidencia de la Junta ha resaltado este martes en Cadena SER la necesidad de "cumplir la palabra" dada a los andaluces.

2: Pese al apoyo de los expresidentes, realismo

Las presiones internas y externas para que asumiera el mando del PSOE español, especialmente por parte de históricos como los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, han pesado menos que la ducha de realismo sobre su papel y las posibilidades reales de éxito en una primera cita electoral estatal en el convulso panorama político marcado por la crisis del bipartidismo. 

3: Refrendar el liderazgo en las urnas

Las elecciones autonómicas andaluzas están previstas para el 2016 y ese será el momento para fijar el nivel de liderazgo de Díaz y, sobre todo, evaluar la gestión de la crisis en la comunidad autónoma.  Dirigir el PSOE y ser presidenta de la Junta parece quizá un reto demasiado ambicioso.

4: Deriva monárquica y genes

Otra de las posibles razones de la apuesta andaluza de Díaz es el reconocimiento de que la deriva monárquica del PSOE y el crecimiento de las nuevas alternativas de voto pueda tener también consecuencias ante un electorado que duda de los genes izquierdistas del PSOE. Y es que una debilitación del PSOE en Andalucía, la columna vertebral del partido, podría amenazar el futuro de la formación en su conjunto.  

5: Cuestión táctica

Otra de las razones para desestimar la apuesta por la secretaría general del partido a nivel estatal podría ser meramente táctica. El caso es que si Díaz consigue buenos resultados en el 2016 en las autonómicas tendría una segunda oportunidad y mayor protagonismo en la siguiente cita electoral estatal.