LA PUGNA POR LAS MUNICIPALES

Bosch se presenta como la voz del junquerismo en Barcelona

Alfred Bosch, en el Congreso, en octubre del año pasado.

Alfred Bosch, en el Congreso, en octubre del año pasado.

X.B.
BARCELONA

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No fue un pistoletazo de salida oficial, pero la aparición en escena ayer, tal como adelantó el lunes este diario en su edición digital, del diputado en el Congreso Alfred Bosch abre la carrera por hacerse con la etiqueta de alcaldable de ERC en Barcelona. A pesar de que Bosch es el único que ya ha dado un paso al frente, el actual líder municipal republicano, Jordi Portabella, y el vicesecretario del partido y diputado en el Parlament Oriol Amorós se hallan, asimismo, en la línea de salida. Bosch se presentó ayer como la opción «junquerista», esto es, fiel reflejo de la doctrina que el líder del partido ha impuesto desde su llegada a la presidencia y que se caracteriza por una renovación de caras y de formas, cediendo el protagonismo, incluso, a gente de fuera de la organización. Como el propio Bosch.

Nota al pie: en las pasadas primarias del PSC, también de Barcelona, los cinco candidatos huyeron del término «oficialista» como si de la peste se tratara. Todos creían, especialmente el más significado y a la postre ganador, Jaume Collboni, que vincular su candidatura al primer secretario, Pere Navarro, era peor que el abrazo de un oso. En Esquerra, claro síntoma de como está uno y otro partido, todos corren a cobijarse bajo ese paraguas.

«Junqueras ha postulado el cambio de aires en todas las instancias y yo no veo por qué Barcelona se debe de quedar al margen de ello», afirmó el diputado, que es simpatizante pero no militante republicano. «No habría dado este paso sin el beneplácito de Junqueras. La dirección cree que debe de haber renovación, aunque, como no puede ser de otro modo, mantendrá una neutralidad estricta a lo largo del proceso», aseveró Bosch.

Y es que así lo ha comunicado repetidamente el propio Junqueras, no solo a los tres posibles candidatos, sino a cualquiera del partido que le pregunte. «Junqueras aplaudirá efusivamente al candidato que escoja la federación barcelonesa, sea quien sea», relata una voz del partido, que afirma que esa identificación de Bosch con el «junquerismo» está «en el límite» de lo permisible por la dirección. El líder de ERC no quiere que la dirección se vea inmersa en guerras cainitas. No ahora. Y menos darle pábulo a CiU para que vuelva con su clásico soniquete de los de ERC, siempre igual...

«PRECIPITACIÓN»  / Tras la presentación de Bosch, Portabella y Amorós lanzaron sendos comunicados. El líder municipal, que considera que el triunfo el pasado domingo en la ciudad demuestra que se está trabajando mucho y bien en el ámbito local, tildó de «precipitado» el anuncio de Bosch. Aseveró que no es momento de «concentrarse en temas internos», sino de estar unidos teniendo la consulta del 9 de noviembre como prioridad, y recordó que el proceso de primarias para elegir al futuro alcaldable republicano aún no ha empezado.

«Si a ERC le está yendo bien es porque está priorizando su mirada externa frente a su mirada interna», dijo, y abogó una candidatura unitaria, «amplia e integradora que incorpore la representación de la máxima sensibilidad ciudadana».

MAYORÍA SOCIAL /Amorós, por su parte, también apeló a la suma y al consenso para que, desde la unidad, «dentro y fuera del partido», se pueda ganar la alcaldía. Según Amorós, ERC se halla «ante la oportunidad de construir una mayoría nacional y de izquierdas para hacer una ciudad más justa y próspera». Un discurso social que coincide con el que ayer expresó Bosch y que demuestra que la pugna entre republicanos puede obedecer más a una cuestión de nombres que de programa.