Llegada en coche por la rampa y catorce pasos hasta la entrada

La infanta Cristina ha llegado sonriente a los juzgados de Palma y tranquila, según su abogado Jesús Silva

MARISA GOÑI / Palma

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A las 10 menos dos minutos ha empezado a declarar la infanta Cristina ante el juez José Castro como imputada por supuestos delitos de fraude fiscal y blanqueo en el marco del 'caso Nóos'. La duquesa de Palma estaba citada a las 10.00 horas y ha llegado a los juzgados a las 9.46 horas acompañada de su abogado, Miquel Roca.

La infanta iba vestida con camisa blanca, chaqueta negra y pantalón gris oscuro. En la mano derecha llevaba un bolso. Cristina ha bajado en coche la rampa que da acceso a los juzgados de Palma y ha saludado sonriente a los periodistas con un "buenos días" que ha repetido tres veces. Cuando ha sido interrogada por cómo se encontraba se ha limitado a contestar: "Bien, bien". La hija del Rey ha dado 14 pasos desde que ha bajado del coche hasta la entrada en la sede judicial. Jesús Silva, uno de sus abogados defensores había declarado poco antes a los periodistas que la duquesa de Palma se encontraba muy tranquila.

Una vez dentro de las dependencias, Cristina no ha pasado por el arco de seguridad que están obligadas a cruzar todas las personas excepto los funcionarios de los juzgados, a diferencia de lo que hizo en su día Urdangarin, que sí se sometió al control. La infanta sí ha dejado su teléfono móvil al igual que el resto de los presentes en el interrogatorio.

Más de cien preguntas

El juez Castro tiene previstas más de 100 preguntas para que la infanta aclare si participó en presuntos delitos de fraude fiscal como copropietaria al 50 % con su marido, Iñaki Urdangarin, de la empresa Aizoon y si blanqueó mediante gastos privados fondos públicos obtenidos de forma ilícita por su esposo a través del Instituto Nóos. El número de cuestiones que plantee Castro puede aumentar considerablemente, ya que el magistrado es muy dado a repreguntar.

Tras el juez Castro será el fiscal Pedro Horrach quien interrogue a la hija del Rey. Del equipo del fiscal tan solo Miguel Ángel Subirán acompaña a Horrach. La acusación popular tiene previsto pedir al juez Castro que sea él quien traslade sus preguntas a la infanta si ésta se niega a responderlas.

Revuelo mediático

Los primeros en llegar a la los juzgados, a las 6.20 horas, habían sido los equipos de limpieza. Cuando han acabado, ha entrado Francisco Martínez, el juez decano que autorizó a la infanta a bajar la rampa en coche. Después ha llegado la secretaria.

La zona de la calle Parellades de Palma, donde se sitúa la famosa cuesta que da acceso a los juzgados de instrucción, se encuentra acordonada por la Policía nacional y personal de la Casa Real y en ella se concentran decenas de periodistas desde las 7.30 horas.

El barrio de los juzgados de Palma está literalmente tomado por los medios de comunicación y por la Policía. Al menos medio centenar de agentes se agolpan en los aledaños a la entrada trasera del edificio judicial antes de que periodistas pudieran acceder a la rampa, desde las 8.00 horas, siguiendo un riguroso orden fijado por los servicios de prensa del juzgado.

El revuelo mediático de la declaración de la duquesa de Palma está siendo aprovechado para diversas reivindicaciones ciudadanas. El propietario de uno de los balcones del edificio que está situado al inicio de la rampa ha autorizado a que se cuelgue una pancarta de protesta por la política educativa balear y el bar Es Suprem ha sustituido su toldo uno de Amnistía Internacional en apoyo a los homosexuales.