EL MODELO DE ESTADO

Rajoy se vale de Escocia para alertar a Catalunya

Rajoy y Hollande, ayer en la Moncloa.

Rajoy y Hollande, ayer en la Moncloa.

PATRICIA MARTÍN
MADRID

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Después de que el ministro principal de Escocia, Alex Salmond, vendiese el martes a los escoceses un futuro de color de rosa y lleno de ventajas -como la permanencia en la UE y el mantenimiento de la libra esterlina- si votan  a la independencia en el referendo previsto para el 2014, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dejó claro ayer que, según su punto de vista, tanto Escocia como Catalunya quedarían fuera de la Unión Europea si se separasen de sus respectivos países.

Es la primera vez que el jefe del Ejecutivo profundiza en detalle sobre este tema. Y lo hizo leyendo una respuesta que llevaba preparada y escrita. Sus ministros, especialmente el de Exteriores, José Manuel García-Margallo, sí han agitado el fantasma de la expulsión de la UE, acogiéndose normalmente a las declaraciones de representantes comunitarios en este sentido. Pero Rajoy solía ceñirse a manifestaciones genéricas en torno a que, en un mundo globalizado, convienen «países fuertes». Ayer ahondó también en ello: «En nada favorece plantear aventuras en solitario de futuro muy incierto», señaló. Pero, obviando que la prensa le preguntaba si España vetaría la entrada de Catalunya y Escocia en la UE, se explayó en torno a la situación en el territorio británico, lanzando así un mensaje velado al Ejecutivo catalán. Así, valiéndose del caso escocés, hizo campaña por el no a la independencia pero evitando legitimar la consulta que reclama Artur Mas.

LAS CONSECUENCIAS / Para Rajoy, «es bueno que los escoceses y el resto de ciudadanos europeos sepan que si una región obtuviera la independencia de un Estado miembro, quedaría fuera de la Unión». El jefe del Ejecutivo central recordó que el portavoz comunitario, Oliver Bailly, se manifestó el martes en este sentido y subrayó que la expulsión de la UE tiene «muchas consecuencias económicas, de moneda, de mercado, de inmigración y de fronteras». Asimismo, subrayó que reingresar en la Unión «no es sencillo» porque la adhesión debe ser «aceptada por unanimidad».

El presidente lanzó estas advertencias en una rueda de prensa conjunta con el presidente de Francia, François Hollande, en Madrid, al término de la 23ª cumbre hispano-francesa. El mandatario francés no quiso echar un capote a su homólogo y ratificar el peligro de la expulsión, pese a que en su país también hay presiones secesionistas. Y se negó a contestar alegando que se trata de un asunto «interno» de España.