Geometría variable

¿Vamos hacia un pacto amplio?

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JOAN TAPIA

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Hace apenas unas semanas,Artur Masparecía lanzado. Catalunya exigía un pacto fiscal similar al concierto vasco. Y si no lo obtenía, advertía, iría a una proclamación unilateral de la Hacienda propia. Era claro pero arriesgado, máxime cuando el apoyo en el Parlament quedaba limitado, como máximo, a CiU, ERC e ICV. Pero se podía acabar en un anticipo electoral en plan referendo: o por Catalunya con el pacto fiscal de CiU o…

Ahora hay una inflexión. La cumbre de partidos de hoy -en principio no prevista- puede ser una reunión exploratoria. Y o surge, hoy o más adelante, un serio desacuerdo o se va hacia un pacto amplio. Las razones por las queArtur Masparece poner en el congelador la estrategia rupturista son varias. Una, el esbozo de frente PSC-PPC. Con el segundo y el tercer partido cataláns en contra (en minoría en el Parlament, pero mayoritarios en las últimas elecciones legislativas), la reivindicación del concierto no tiene ninguna viabilidad en Madrid. Además,Duran Lleidano quiere romper puentes (cosa que sí hizoIbarretxe) con los dos principales partidos españoles. Cree que no se obtendría nada y que CiU se alejaría de su electorado moderado. Cuando Unió se decanta por la confederación (en España), hace una apuesta política similar a la de CDC al declararsee independentista (fuera de España). Otra razón es que las encuestas no dan a CiU la mayoría absoluta sino un ligero retroceso. Y, gastado el cartucho de las anticipadas, gobernar sería mas complicado.

Pero la clave es la degradación de la situación financiera de Catalunya y de España. Moody´s acaba de rebajar a bono basura la deuda catalana y la Generalitat tiene que refinanciar este año 13.000 de sus 41.000 millones de deuda. Gasta cada mes más de lo que ingresa y, agotada (o casi) la fórmula de los bonos minoristas (lanzada porCastells), la banca no le presta dinero (a ninguna autonomía). La única solución sería alguna fórmula de aval del Estado. Es lo que el viernesMasdijo a los corresponsales extranjeros y que tanta inquietud generó en los mercados.

La dependencia del aval de España irrita a la cúpula de CDC, tentada de huir hacia adelante y exigir la Hacienda propia. Pero la degradación de la deuda pública española lo complica todo y da miedo. Con la prima de riesgo (tras Bankia) superando los 500 puntos y peor que la italiana, el peligro es que España tampoco pueda financiarse. QueMontorotenga los mismos problemas queMas-Colelly que el aval del Estado sirva de poco. De hecho, España se financia con los préstamos del BCE a la banca, que esta invierte comprando deuda pública.Masha aceptado que Catalunya depende del aval español yRajoyha admitido que España está en manos del BCE. Ninguno de ellos lo ha reconocido hasta hace muy poco.

Artur Mas, político de convicciones pero que toca de pies a tierra, sabe que si ayuda a mermar la credibilidad del Estado español (como ha hecho el Gobierno con la explosión descontrolada de Bankia) puede incluso tener éxito. Pero entonces, si el Reino de España no tiene crédito, ¿quién adelantará el líquido para pagar nóminas y facturas?

Conviene, pues, rebajar la tensión y caminar hacia un acuerdp amplio que permita lanzar un mensaje que genere confianza. Al menos por el momento y hasta que se vea qué pasa tras las elecciones griegas del próximo 17 de junio.