La votación de las primarias

Los socialistas de Barcelona deciden el futuro de Hereu, de Tura y del PSC

La exconsellera, en la misma sala de maquillaje, la semana pasada.

La exconsellera, en la misma sala de maquillaje, la semana pasada.

XABIER BARRENA / ALBERT OLLÉS
BARCELONA

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Aunque los socialistas hacen bandera de las primarias desde que recuperaron en 1997 una práctica consolidada en el PSOE en tiempos de la Segunda República, los precedentes de la votación que decidirá hoy el alcaldable del PSC en Barcelona no son especialmente esperanzadores. Basta con recordar el caso más sonado, cuando José Borrell venció en 1998 a Joaquín Almunia en la pugna por la secretaría general y la historia acabó con el primero abandonando el cargo un año después y con su adversario perdiendo las elecciones generales del 2000 ante la mayoría absoluta del PP. Como en aquella ocasión, el resultado de las primarias barcelonesas marcará un punto de inflexión para todo el partido, no solo en referencia a las municipales del 22 de mayo, sino también en clave congresual.

HEREU GANA CON CLARIDAD El alcalde se reactiva y el 'efecto Tura' decae

Una victoria clara de cualquiera de los dos candidatos despejaría muchas incógnitas. Si es la de Jordi Hereu, este emergería como indiscutido líder, algo que hasta ahora no ha conseguido ser. Revestido de esta nueva armadura, el actual alcalde podría plantear mayor oposición de la que, hasta ahora, detectan sus sondeos demoscópicos. Si el regidor ha conseguido movilizar a la militancia a su favor, puede sospecharse que con el electorado se produciría algo muy parecido. Y, encuestas municipales en mano, puede acreditarse que la diferencia entre el convergente Xavier Trias y Hereu, ahora situada entre los 12 y los 15 puntos, se debe más a un adormecimiento del votante socialista que a un trasvase de votos entre ambos partidos.

Segunda consecuencia. Montserrat Tura queda, sino borrada del panorama, sí muy dañada cara a futuros retos, el primero de los cuales puede ser el asalto a la primera secretaría del partido en el congreso que se celebrará en otoño. Teniendo en cuenta que, hace menos de un mes, todos los pronósticos daban por segura una victoria de laexconsellera ante un debilitado alcalde, una derrota contundente expresaría la pérdida de imagen que a lo largo del proceso ha experimentado Tura.

Por último, una gran victoria de Hereu supondría un jaque en toda regla de la federación de Barcelona a la dirección nacional en la partida que llevan a cabo desde hace unos meses. La federación, con su primer secretario, Carles Martí, ha defendido con uñas y dientes los intentos de Nicaragua (nombre que recibe la dirección en honor a la calle donde se asientan los cuarteles generales de los socialistas) por derrocar al alcalde. Si la propia celebración de las primarias cabe apuntarlo en el haber de Martí, la victoria de Hereu debilita al primer secretario, José Montilla, quien ha permitido y alentado estos comicios internos.

HEREU GANA POR POCO El peor escenario para los intereses del PSC

Una victoria por los pelos de Hereu sería un factor de desestabilización. En lo personal, el alcalde afrontaría las elecciones municipales del 22 de mayo más o menos en la situación que estaba hace un mes, es decir, de clara debilidad ante Trias. Quizá peor, no en vano la fuerte contestación interna sería un arma arrojadiza en manos de sus rivales, especialmente del PP y de CiU.

Para Tura, todo lo que no sea una victoria la debilita, pensando en la posibilidad de que quiera liderar una alternativa para dirigir el PSC en el congreso. Para saber cuánto, cabe entrar al detalle de los datos. Pero una derrota muy mínima, bien gestionada, podría venderse como un ejercicio de valentía y arrojo solo vencido por el aparato de la federación de Barcelona, que ha jugado, sin ambages, a favor del alcalde. Sobre su capacidad de liderazgo se dibujaría una duda, algo no deseable, pero siempre mejor que acarrear con el estigma del fracaso total cuando se partía como favorito.

También habría que recurrir a la lupa para ver cómo afectaría ese resultado mínimo a la preparación del cónclave de otoño. Si la victoria es aplastante en la urna de la militancia y el tanteo final es solo matizado por el escrutinio de la de los simpatizantes, Martí saldría casi tan reforzado como si la victoria de Hereu hubiera sido por goleada.

TURA GANA CON CLARIDAD

Agitación congresual y varapalo a Carles Martí

«La primera victoria ya la he conseguido». Con esa afirmación triunfal en clave de renovación interna del PSC inició Tura la rueda de prensa en la que presentó, el pasado 26 de enero, su campaña para las primarias. Laexconsellerareconoció ese día su objetivo «paralelo» de luchar por la alcaldía de Barcelona y entrar con fuerza en el debate precongresual del partido portando la bandera del cambio de ideas y liderazgos.

Si Tura suma hoy un segundo triunfo, y lo hace de forma holgada, reforzará tanto su papel deoutsideren las quinielas sobre el sustituto de Montilla como primer secretario de los socialistas catalanes que se convertirá, de hecho, en una de las principales alternativas. Avalada por el mensaje de renovación que habrán lanzado los afiliados al aparato, y arropada por la maquinaria del partido y del propio alcalde en aras de conservar elcap i casal, el Ayuntamiento de Barcelona, Tura dejará de ser la dirigente díscola que en los últimos años ha luchado en solitario contra molinos de viento.

Un resultado amplio a su favor dará también más fuerza a la extitular de Interior y Justícia en la pugna interna que le esperará con el primer secretario de la federación, Martí. La relación entre ambos, que ya era bastante fría antes de la campaña, se ha congelado en las últimas semanas ante el apoyo manifiesto de Martí y su equipo a la candidatura del alcalde. Tras encajar dos derrotas consecutivas, la de la consulta de la Diagonal y la de las primarias, el futuro del exprimer teniente de alcalde quedaría tan tocado como el de Hereu. Ello hace que fuentes del partido no descarten que la tensión interna generada en las últimas semanas en la federación llegue a desembocar en cambios en su cúpula para llegar al congreso con una posición menos debilitada.

TURA GANA POR POCO Lista conflictiva y vía crucis para el alcalde

Tura ya ha dejado claro, y cuenta con el aval de Montilla y de la dirección nacional del PSC, que una victoria «por un solo voto de diferencia» la legitima para ser la candidata de todo el partido a la alcaldía. Pero en la federación barcelonesa no se lo van a poner fácil. Fuentes cercanas al primer secretario local ya han avanzado que opondrán resistencia si Hereu pierde en el cómputo global pero logra ganar en la urna que recoge el voto de los militantes.

Ello se traduciría, para empezar, en una guerra abierta en la confección de la lista para las elecciones municipales de mayo, en la que Tura ya ha anticipado que quiere incluir a independientes. Un escenario que reeditaría los enfrentamientos que mantuvieron en el pasado los alcaldes Pasqual Maragall (el referente de laexconselleraen su carrera por ser la primera alcaldesa de Barcelona) y Joan Clos y los entonces primeros secretarios de la federación de la capital catalana, Antonio Santiburcio y Joan Ferran, respectivamente

De forma paralela, aunque ajeno a esa batalla, Hereu iniciaría el calvario personal que le esperaría en sus tres últimos meses de mandato y de carrera política, como él mismo ha anunciado durante la campaña de las primarias. El poco tiempo que tendrá Tura para preparar su duelo en las urnas con Trias dejará al actual alcalde en un segundo plano aún más acusado que, como único punto a favor, le evitaría sufrir mayores humillaciones por parte de los grupos de la oposición.