mirador

Los números de la investidura

VICENÇ VILLATORO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Será muy interesante, para entender la dinámica política de esta legislatura catalana, ver cómo Artur Mas pasa la investidura: con qué votos favorables y con qué abstenciones. Interesante, pero no decisivo. En medio de la legislatura, las elecciones municipales y, sobre todo, las españolas pueden cambiar sustancialmente las relaciones entre fuerzas políticas también en Catalunya. Pero, de momento, según quien ayude a Mas a ser investido president podremos interpretar hacia dónde irán las cosas en el Parlament. Un Parlament en el que no se puede hacer nada sin CiU -más destacada que nunca respecto a todas las demás fuerzas políticas-, pero en el que CiU no puede hacer nada a solas, a seis escaños de la mayoría absoluta.

Aparentemente, la pregunta de la investidura es hacia dónde se decanta CiU. A quién va a buscar. Tiene tres candidatos naturales para hacer pactos, en la investidura y en toda la legislatura: el PSC, el PP y ERC. ¿A cuál buscará? Lo que le conviene más es obtenerlos a los tres simultáneamente, o en proporciones parecidas. Los pactos en solitario con cualquiera de los tres tienen coste político para CiU.

Los que menos, con los socialistas, porque la acusación de sociovergencia no es muy perjudicial, sobre todo si CiU va con más del doble de escaños que el PSC. Los pactos en exclusiva con el PP son internamente incómodos y serán explotados por el resto de la oposición. Los pactos en exclusiva con Esquerra le darían una imagen de radicalidad que ahora mismo CiU no busca. Lo que mejor le iría sería obtener, si puede, apoyos de los tres. Irá a buscar a los tres. ¿Con quién pactará, pues? Con el que, de los tres, se deje.

Por lo tanto, la pregunta de la investidura no es tanto con quién querrá pactar CiU -si puede, con los tres-, sino quiénes querrán pactar con CiU. Aparentemente, todos tienen interés en pactar, porque, a cambio, obtendrán alguna contrapartida. Y porque, en tiempo de crisis, el electorado premia el sentido de la responsabilidad y la capacidad de acuerdo. Pero algunos pueden tener la tentación de dar un paso atrás, cerrarse o complicar el pacto, y posicionarse cara al futuro como una alternativa inmaculada.

No creo que esta sea la tentación del PSC, ni del PP, entre otras cosas porque ambos requieren a CiU en Madrid. Puede ser la tentación de ERC: rehuir cualquier pacto con CiU y denunciar airadamente los que haga con el PSC o el PP. Puede ser que Esquerra considere balsámico, en tiempo de crisis interna, envolverse en la bandera de la pureza opositora y crítica. Pero en una legislatura en la que hace falta un Govern que gobierne y una oposición que critique, pero sin obstruir, a todos (CiU, PSC, PP y ERC) les sale más a cuenta la flexibilidad que la intransigencia.