resaca del 28-N

Mas insta a sus rivales a facilitar la investidura por «responsabilidad»

Mas, ayer, durante la rueda de prensa que ofreció para valorar los contactos con el resto de los partidos.

Mas, ayer, durante la rueda de prensa que ofreció para valorar los contactos con el resto de los partidos.

TONI SUST
BARCELONA

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Artur Mas echó ayer mano de la cara más conciliadora de su discurso para reclamar al resto de los partidos con representación en el Parlament de Catalunya que, por «responsabilidad», no dificulten su investidura y allanen de esa forma el camino para que el nuevo Govern esté en acción lo más pronto posible. «Debería estar trabajando el 3 de enero», precisó. El líder de CiU dio por hecho que no conseguirá ser investido president en la primera votación, en la que requiere contar con la mayoría absoluta. Su llamamiento iba dirigido cara a la segunda, en la que tiene suficiente con la mayoría simple, es decir, basta con que el PSC o el PPC se abstengan. Y aseguró que tiene «la intuición» de que logrará pasar ese trámite, aunque no quiso entrar en qué partido lo facilitará.

Presentó dos razones de peso para que sus rivales renuncien a ponerle una china en el zapato. La primera, que Catalunya y la Generalitat, afirmó, están lo suficiente mal como para que no perder tiempo sea un objetivo. La segunda, que no existe una mayoría alternativa a la de CiU, por lo que no tiene ningún sentido eternizar el proceso. A renglón seguido recordó que desde que se conocieron los resultados del 28-N ninguno de sus oponentes en las urnas ha cuestionado que es CiU la que debe asumir la jefatura del Govern.

Mas lanzó dicha petición en una rueda de prensa en la que valoró la ronda de entrevistas que ha mantenido con los candidatos del resto de los partidos, a excepción de José Montilla, quien delegó en Joaquim Nadal, jefe de filas del PSC en el Parlament de ahora en adelante.

DIÁLOGO CONSTRUCTIVO / El dirigente convergente fue especialmente correcto al hablar del PSC, fuerza con la que, aseguró, CiU está manteniendo un «diálogo constructivo». Pese a que no dirigió la petición de responsabilidad a ninguno de sus adversarios en concreto, se diría que nacionalistas y socialistas viven estos días una pequeña luna de miel. Unos, porque consideran que ya no vale la pena atacar al rival caído; los otros, porque suficientes problemas tienen. La apelación de Mas viene a ser una invitación a que el PSC, actualmente en una posición frágil, se pueda permitir un gesto que cuadre con el aviso de Nadal de que su oposición no se parecerá a la que el PP ejerce en el Congreso. En CiU se da por hecho que los socialistas evitarán forzar una tercera votación.

Una de las cosas que sí quedaron claras ayer es que Núria de Gispert será la presidenta del Parlament durante los próximos cuatro años. El PSC despejó totalmente el camino al anunciar que no tiene intención de poner la proa a la democristiana.

Sobre la ronda de contactos, Mas explicó que todos sus interlocutores acudieron a las reuniones con una actitud positiva a pesar de los evidentes desacuerdos que, en mayor o menor grado, mantienen con la federación nacionalista.

NUEVOS 'CONSELLERS' / Desde hoy y hasta que acabe el puente de la Constitución, el miércoles, el futuro presidente de la Generalitat se encerrará para centrarse en definir qué estructura tendrá su primer Govern y quiénes serán sus consellers. Ayer volvió a aconsejar que no se hagan quinielas. Solo él sabe cómo se cocinará la elección, dicen los nacionalistas. Algunas fuentes citan nombres que hace meses que circulan como candidatos a dirigir un departamento, pero la mayoría de los próximos a Mas sostienen que este sorprenderá a todo el mundo y que se propone marcar una línea de autoridad al elegir a los consellers que incluso le puede costar un disgusto a algún de sus colaboradores más estrechos.