Los conservadores

Rajoy exhibe el resultado del PPC como un premio a su «moderación»

Rajoy felicita a Sánchez-Camacho en presencia de Fraga y Cospedal, en la sede del PP en Madrid.

Rajoy felicita a Sánchez-Camacho en presencia de Fraga y Cospedal, en la sede del PP en Madrid.

GEMMA ROBLES
MADRID

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El PP es capaz de robar votos en graneros socialistas, incluso en Catalunya, donde se llegó a poner a los populares en cuarentena política después de que recurrieran el Estatut ante el Tribunal Constitucional. Esa es una de las lecturas que hace el equipo de Mariano Rajoy de los resultados cosechados en las urnas el 28-N y que, bajo su punto de vista, evidencia que la era Zapatero está llegando a su fin, y que, como ha sucedido con el convergente Artur Mas, el presidente de los conservadores alcanzará el poder la tercera vez que lo intente. El jefe de la oposición cree, además, que los 18 escaños que Alicia Sánchez-Camacho ha logrado en el Parlament evidencian que su liderazgo está más que reforzado gracias a la estrategia que adoptó en el congreso de Valencia que, entre otras cosas, supuso una apuesta por el «centro y la moderación» y por la renovación en sus equipos, en detrimento del ala más dura del partido.

Como Esperanza Aguirre había dicho no entender cuál es la relación entre el cónclave de Valencia y las catalanas, Rajoy trató de explicarse. «Importa mucho señalar que los tres candidatos a las autonómicas de Galicia, el País Vasco y Catalunya eran candidatos nuevos. Era la primera vez que se presentaban y, por tanto, ha quedado demostrado que los cambios que planteamos han sido útiles, necesarios y han funcionado bien», subrayó ayer Rajoy ante su comité ejecutivo.

El líder popular añadió que los votos de Catalunya han lanzado un mensaje de cambio que, en su cuartel general, se empeñan en traducir en clave española. «Los ciudadanos castigan, y hacen muy bien, a los malos gobiernos. Y el tripartito no fue un buen Gobierno para los intereses de los ciudadanos de Catalunya. Pero, en estos comicios, ha quedado patente también el hartazgo de las políticas que ha llevado a cabo a nivel nacional [José Luis Rodríguez] Zapatero en los últimos años», sentenció el dirigente conservador.

MANTENER LA LÍNEA / Y convencido de que ese «hartazgo» se extenderá como la pólvora por toda la Península, Rajoy insistió en que al PP le toca «mantener la línea» táctica seguida en los últimos dos años y medio y abrir los brazos a los descontentos, especialmente a los que en las últimas generales dieron apoyo a Zapatero y ahora se arrepienten. «Tenemos vocación mayoritaria. No somos un partido para unos pocos. Somos un partido que está en el centro, en la moderación, un partido en el que caben todos, que promete seriedad, sensatez y rigor y que se ocupa de los problemas de los ciudadanos. Eso es lo que hay que transmitir en los próximos meses», subrayó.

Sin disimulos, Rajoy pedía así a los suyos que sigan allanándole el camino hacia la Moncloa, como en su opinión hizo el domingo Sánchez-Camacho. «Hemos quedado a seis puntos de los socialistas en estas elecciones autonómicas, mientras que hace cuatro años la diferencia era de 16, y en las generales, de 29. Se ha producido un trasvase de votos del PSOE al PP y eso es muy reconfortante», enfatizó Rajoy.

«DIGNIDAD» DE MONTILLA / Una vez que se había colgado las medallas y había condecorado con elogios (y hasta con un ramo de rosas) a la presidenta del PPC, Rajoy puso por fin un filtro catalán a su discurso para intentar explicar lo sucedido. Así, confirmó que la noche electoral llamó a Mas para felicitarlo por su victoria y afirmó que a José Montilla le han dado la espalda sus votantes «por no estar a la altura» y por «disfrazarse» de seudonacionalista. Tiene su aquel que Aguirre, la presidenta de Madrid, optara por telefonear a Montilla para reconocer la «dignidad» del mensaje que hizo público tras conocer que había sido derrotado en las urnas. O sea, que como casi todos intuyeron tras las generales del 2008, Aguirre ve con buenos ojos que el candidato que pierde unas elecciones se retire y deje paso a terceros.

Más allá del cruce de llamadas de unos y otros, Rajoy aseveró ayer que los conservadores están dispuestos a tender la mano a un nuevo gobierno que necesitará apoyos concretos, siempre y cuando sea para «construir» y para incentivar la recuperación económica de Catalunya y de España en su conjunto. «Nosotros vamos a construir, vamos a estar en lo real, vamos a dialogar con quien tengamos que dialogar [....]. Esta nueva etapa tiene que ser la etapa de resolución de los problemas, y no la etapa de los líos, de debates identitarios», concluyó.

Junto a Rajoy, intervino en el comité ejecutivo del PP Sánchez-Camacho, quien hizo saber a sus compañeros de filas y a los periodistas que la próxima semana registrará ya iniciativas en el Parlament para suprimir el impuesto de patrimonio, rebajar en dos puntos el tramo autonómico del IRPF, demandar la reducción de conselleries y solicitar una bajada de impuestos para autónomos y pequeños empresarios.

POSTULADOS DEL PP / Cuando se le advirtió a Sánchez-Camacho de que CiU ya había dicho ayer por la mañana que tendría menos consellers en su Govern y que eliminaría el impuesto de patrimonio, la dirigente popular se felicitó porque los convergentes se acerquen ahora a los postulados de los conservadores. «El PP presentó algunas de esas propuestas en 1999 y en el 2003, y CiU entonces votó en contra», espetó.

Por otro lado, la jefa del PPC aseguró que todavía no ha decidido cuál será su voto en la investidura de Mas y que, en cualquier caso, esperará a escuchar los planteamientos del dirigente nacionalista (desde su entorno matizan que Rajoy le ha dado carta blanca para decidir a este respecto). Eso sí, avanzó que tendrá muy en cuenta que Mas haga un discurso «para todos los catalanes», y no solo para los que le han dado su respaldo en las urnas, dado que, a su entender, Catalunya ha demostrado «que no es nacionalista».

FELICITACIÓN DE VIDAL-QUADRAS / Sánchez-Camacho llegó a Madrid pletórica y se fue exultante, con un ramo de rosas, muchas prisas para llegar a tiempo al Camp Nou para ver el clásico Barça-Madrid y una felicitación poco sincera por su resultado, la del europarlamentario Alejo Vidal-Quadras. «Sí, me ha felicitado», reconoció la dirigente conservadora. Ella le ha quitado al expresidente del PP catalán el honor de haber cosechado el mejor resultado de los populares en Catalunya. A media tarde, en una radio, Vidal-Quadras contó lo que de verdad pensaba: «Los 18 escaños de ayer podían haber sido 28 o 30». El error, según dijo, lo cometió el expresidente José María Aznar al apartarlo del PPC en 1995.