MIRADOR

Tres escenarios tras el 28-N

VICENÇ VILLATORO

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A 40 días de las elecciones, los estados mayores de los partidos catalanes trabajan casi en exclusiva en tres posibles escenarios poselectorales. Ciertamente, todos los resultados son posibles. Pero unos son más posibles que los otros. Y estos tres parecen a estas alturas los que tienen alguna probabilidad.

El primer escenario es que el tripartito acabe movilizando sus electorados diversos -gracias precisamente a evidenciar las discrepancias- y sume una mayoría suficiente para gobernar. En este escenario, iríamos a la repetición del tripartito. Durante la campaña eso se dirá sólo de pasada, porque los partidos necesitan marcar perfiles propios y son contradictorios: el soporte a las consultas independentistas es una muestra de ello. Pero si este resultado se produjese, si el tripartito pudiese volver a sumar, los tres partidos lo interpretarían como un aval popular a la fórmula. No parece un escenario probable, pero nadie lo puede descartar.

El segundo escenario es que CiU obtenga una mayoría suficiente -alrededor o por encima de los sesenta diputados- que le permita gobernar en solitario. Con pactos puntuales, si le faltan menos de diez diputados para la mayoría absoluta. Sin ellos, si llega a la mayoría absoluta. Éste es el escenario en favor de lo que trabaja la campaña de CiU. Y ésta es la hipótesis que intentan vencer juntos todos los otros partidos.

El tercer escenario es que CiU gane de una manera clara, pero quede a más de diez diputados de la mayoría absoluta. Eso exigiría un pacto de legislatura con otra fuerza y seguramente un gobierno de coalición. Teóricamente, CiU tendría tres ofertas sobre el tapete: PSC, ERC y PP. La del PP es la más barata a corto plazo, pero la más cara a largo, porque sería la más castigada por el propio electorado. Los pactos con el PSC o con ERC serían muy complicados para todas las partes. Pero éste es el escenario para el que trabajan hoy con todas sus fuerzas el PSC, ERC y el PP.

Si se produjese este escenario, el debate interno en cada uno de los partidos sería muy vivo. En CiU, para escoger socio. Pero -a parte del PP- también en el PSC y Esquerra.

En los dos partidos hay sectores que consideran que en este escenario lo tendrían que aprovechar, apretar a CiU, pactar con ella y mantener cuotas de gobierno. Pero en los dos partidos hay también quién preferiría dar un paso hacia atrás y no dejar a CiU otra posibilidad que lanzarse a los brazos del PP. Con la confianza que esto llevaría a la derrota de CiU... dentro de cuatro años. Y cuatro años son mucho tiempo, tal y como están las cosas. Un tiempo en el que puede pasar de todo, tanto en el país en su conjunto como en el interior de los partidos. Especialmente en el seno de quienes pierdan las elecciones.