La segunda caja catalana se prepara para la batalla

Ha sido una buena semana para el sistema financiero y para las cajas. El recurso a los préstamos del Banco Central Europeo se redujo en agosto, en paralelo con la fuerte mejora de la deuda española en los mercados. Y se sigue avanzando en el proceso de concentración. Así el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, ha podido decir que las 45 cajas de hace un año se transforman en 18. El Gobierno lanzó el FROB muy tarde pero se está recuperando el tiempo perdido.

En Catalunya ha habido dos noticias de fondo. Por un lado la aprobación definitiva de la absorción de Caixa Girona por La Caixa, que se reafirma como gran trasatlántico. Por la otra, la segunda caja de ahorros catalana -fruto de la fusión de Catalunya, Tarragona y Manresa- da muestras de vitalidad y de capacidad de reacción. La prueba es la rápida adopción de la nueva denominación CatalunyaCaixa. Era casi imposible arrinconar estos dos conceptos a los que infunde más dinamismo y puede ser una marca paraguas que no cierra el camino a la integración futura de alguna caja.

A esta ambición de ir a más se ha referido Adolf Todó, el director general. Ha dicho que «parece un cambio sutil pero es profundo y tiene contenido estratégico». También ha asegurado que la nueva caja (abreviada CX) cumplirá con las normas de Basilea III en el 2015 pese a no ser exigibles totalmente hasta 2019.