Quejas de los vecinos
Barcelona estudia multar otra vez a las obras del Camp Nou por causar ruido pasada la medianoche
Residentes de Les Corts se quejan de que el sonido de la maquinaria se ha alargado hasta la una de la madrugada de este jueves, fuera del horario autorizado
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Jordi Ribalaygue
Periodista
Periodista especializado en información local de Barcelona y el área metropolitana. Ha trabajado en El Mundo, EFE, Público, Ara, Tot Barcelona y medios locales de Sant Adrià de Besòs y Badalona. Ha colaborado en la redacción del libro 'Objectiu Venus', sobre el barrio de La Mina.
El ruido de las obras del Camp Nou ha incomodado esta pasada noche a vecinos de Les Corts, en Barcelona. Residentes de la zona contactados por EL PERIÓDICO se quejan de que han tenido que soportar el pitido de uno de los vehículos destinados a la reconstrucción del estadio del Barça hasta la una de la madrugada, rebasando el horario autorizado. El Barcelona tiene permiso desde abril para que, de manera temporal, las tareas en su recinto finalicen a las 00.00 horas. A cambio, se exige que las labores sean silenciosas a partir de las ocho de la tarde.
El Ayuntamiento de Barcelona ha confirmado que se ha producido un incumplimiento del acuerdo este jueves. A su vez, ha señalado que "aplicará las sanciones oportunas en caso de que fuera necesario". El consistorio ya tramitó dos expedientes sancionadores el verano pasado tras dos episodios similares al de esta pasada noche, en los que también se quebrantó el horario concedido. Una de las amonestaciones se saldó con un pago de 75 euros por parte de Limak, la constructora contratada por la directiva de Joan Laporta.
"Una barbaridad"
El zumbido intermitente de la maquinaria ha sido audible hasta bien pasada la medianoche en viviendas próximas al Camp Nou. "El ruido y la afectación lumínica que tenemos son una barbaridad. Dijeron que no tendríamos molestia, pero no es verdad", se revuelve una vecina que vive en la calle Felipe de Paz, por debajo de Travessera de Gràcia, la que linda con el estadio semiderruido. "Entiendo que el Barça tenga prisa para volver, pero no que sea en detrimento de los vecinos. Me niego a que se siga facilitando que trabajen hasta las 12 de la noche y también los sábados", resuelve.
Las entidades vecinales del entorno del coliseo azulgrana concedieron un aval con condiciones al Barça en abril para prolongar las jornadas de trabajo hasta la medianoche de lunes a sábado. A cambio de acelerar la finalización de una reforma integral que acumula malestar por levantar ruido y polvo, el tejido asociativo exigía que no se perturbara el descanso de los vecinos también por la noche.
"Lo consentimos con unas condiciones. Nosotros no hemos fallado, pero ellos sí", reprocha Ana Ramón, presidenta de la Asociación de Vecinos de Camp Nou. Tras el percance de esta pasada madrugada, la entidad ha reclamado una reunión urgente con el distrito y el Barça. "Estamos muy enfadados. Les hemos avisado que esto no puede ser y que, si no, se debe volver atrás con los horarios", apremia Ramón.
El Ayuntamiento responde que mantiene contacto con los vecinos y el Barcelona "para conocer la incidencia que ha tenido lugar esta noche". El distrito de Les Corts ha añadido que "vela por que este tipo de incidencias no se vuelvan a producir". Por su parte, el Barça afirma que ha conversado con Limak para informarse de los hechos.
Ampliación con condiciones
El club, el Ayuntamiento y los colectivos vecinales volvieron a citarse esta semana en el encuentro que mantienen cada mes para tratar sobre las obras del Camp Nou. Se concedió que los trabajos hasta la medianoche se prorroguen al menos hasta el 4 de junio, si bien salieron a relucir otras dos presuntas infracciones de los requisitos fijados al Barça. "La semana pasada tuvimos dos noches que escuchábamos el ruido de una radial. El Barça nos dijo que volvería a hablar con la empresa, porque eso no podía ocurrir", apunta Ramón.
La dirigente vecinal observa que la remodelación, que tomó impulso con los derribos de hace un año, está agotando la paciencia de los vecinos. "No están muy conformes con que se trabaje cada sábado. Ahora ya se abrirán las ventanas por el calor y ya tienen bastante aguantando toda la semana como para que los sábados también tengan ruido durante todo el día", advierte Ramón.
"Está todo el mundo que trina", constata otra vecina. "Les hemos dado un poco y nos han cogido hasta el hombro. Hemos tenido paciencia, pero ahora ya trabajan todos los sábados y se permiten hacer ruido hasta la una. Ya hemos tenido bastante", zanja.
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