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Tripartito y abstención

VICENÇ Villatoro

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Una hipótesis muy extendida decía que Jordi Pujol ganaba las elecciones catalanas gracias a la abstención del electorado socialista. Si el PSC lograba movilizar en las catalanas a quienes le votaban y le hacían ganar las españolas en Catalunya y las municipales, sería la fuerza ganadora. Por lo tanto, una alta abstención favorecería a CiU, y una alta participación, al PSC. La hipótesis tiene una base real. Pero es preciso introducir factores de corrección. Además de la abstención, puede haber también un voto dual: personas que votan una cosa en las españolas y otra en las catalanas o las municipales. Y es preciso preguntarse también por qué este electorado socialista se abstendría en las catalanas.

Pero la pregunta esencial es si esta vieja hipótesis sirve aún hoy para entender la política catalana y para elaborar las estrategias de los partidos. En apariencia, sí. Ante los resultados de encuestas como la publicada en el EL PERIÓDICO, favorables a CiU, estrategas del PSC afirman –y aciertan– que los resultados se producen cuando todo el electorado nacionalista está ya muy motivado y movilizado y el socialista no lo está tanto. Por lo tanto, el resultado real –y mejor para el PSC– lo obtendremos cuando los dos electorados estén movilizados de modo parecido. Tienen razón, pero también tienen un problema: ahora no es fácil movilizar al electorado socialista. No lo moviliza el orgullo por el tripartito. Los meses que vienen –huelga general, recortes, impuestos– no ayudarán. Y en Catalunya no funciona la movilización a través del miedo: el grito «que vienen las derechas» sirve más contra José María Aznar que contra Artur Mas, y el grito «que vienen los independentistas radicales», referido a CiU, funciona poco cuando el PSC ha pactado con ERC.

Hay otra vía para buscar la simetría. Intentar desmovilizar al electorado de CiU, invitarlo a la abstención. Quizá esta vez el axioma según el cual una alta participación favorece más a los socialistas que a los convergentes no es cierto. Eso explicaría que al día siguiente Miquel Iceta dijese que las comisiones de investigación solo sirven para provocar abstención y que el PSC se añadiese a la creación de una comisión especializada estrictamente en CiU, obviando los problemas que pueden afectar a otros partidos. El electorado socialista no es fácil de movilizar. Pero tal vez se puede buscar el desencanto del electorado convergente. Hay un peligro. A veces, cuando un electorado se siente desproporcionada o asimétricamente atacado, aún se moviliza más. Cuando el PP intentó en la última legislatura española desmovilizar al electorado socialista, se le fue la mano y ayudó a motivarlo.