Los efectos para los conservadores

Los empresarios reprochan al PP su oposición al ajuste

AGUSTÍ SALA
SITGES

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La cita del presidente de los populares, Mariano Rajoy, con la 26ª Reunió del Cercle d'Economia fue mucho menos plácida que en anteriores ocasiones. El líder del PP tuvo que aguantar preguntas referidas a su oposición «poco constructiva». Y la primera, del presidente de la entidad, Salvador Alemany, que incluso emuló a un periodista: «¿Tenía el PP un plan alternativo en el supuesto de que el decreto del tijeretazo no hubiera sido aprobado por el Congreso?».

Rajoy, visiblemente contrariado por algunas cuestiones y por la actitud de CiU en el Congreso el día anterior, puso en duda que se pudiera hablar de sentido de Estado por abstenerse y «prolongar la agonía» del Gobierno, como, a su entender hizo la federación nacionalista. Y añadió que, si no hubiera prosperado el texto legal, el Gobierno tenía todavía dos opciones: «Presentar un plan de reformas para el resto de la legislatura y buscar apoyos para el mismo o bien convocar elecciones».

CRÍTICAS / Esta actitud originó muchas críticas por parte de los empresarios asistentes, que le reprocharon que, en todo caso, él podía haber promovido una moción de censura contra Ejecutivo. Muchos alabaron, en cambio, la decisión de CiU, y la contrapusieron al «cuanto peor, mejor» del PP. También se mostraron escépticos ante la posibilidad de que los conservadores rectifiquen su estilo de oposición.

Alemany le preguntó asimismo a Rajoy si es cierto que la cancillera Angela Merkel lo llamó antes de la votación en el Congreso. Rajoy, incómodo ante la cuestión, ni lo confirmó ni lo negó y se limitó a decir que «nadie» le había llamado para confirmar esa información.

El presidente del PP insistió en que su partido no podía votar un ajuste como el planteado por el Ejecutivo, que volvió a tachar de «injusto, improvisado, insuficiente e ineficaz», los mismos términos que ya empleó en el Parlamento. En su opinión, «quien no ha tenido sentido de Estado es el Gobierno», al que criticó por no haber querido presentar un paquete de medidas pactado. «El PP no ha recibido ni una llamada para negociar un acuerdo», sentenció con contundencia.

Durante su discurso ante los socios del Cercle, en su mayoría empresarios y académicos, defendió la necesidad de un «cambio global» para que la economía vuelva a funcionar. Y ese cambio, agregó, no solo debe ser de Gobierno, sino también de «diagnóstico, de objetivos, de comportamientos, de formas y de maneras de manejar la cosa pública». En este marco incluye una necesaria recuperación de la estabilidad en las cuentas públicas, así como una «reforma integral del sector público».

RETOS / Rajoy afirmó que España ha superado retos como la entrada en el euro y que sabe sacrificarse cuando es consciente de que «vale la pena». Se trata, afirmó el presidente del PP, de «movilizar toda esa energía positiva» para cambiar el rumbo «hacia el destino de la recuperación», así como para «poner los cimientos de la nueva etapa de la economía española». A su entender, si se sigue esta estrategia para la recuperación y para superar la recesión, «incluso podemos salir reforzados de la crisis».

El jefe del principal partido de la oposición está convencido de que el incumplimiento del principio de estabilidad presupuestaria ha sido «tan sistemático y tan amplio que al final ha ocurrido lo que parecía impensable: los mercados financieros dudan de la sostenibilidad de nuestras finanzas públicas».

Todo ello, aseguró convencido, ha forzado al Gobierno a improvisar y a pasar «de la política de gasto a la de recortes, pero aún no se ha emprendido la política de reformas».

Para marcar su diferente manera de actuar respecto a la del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cuya decisión de no asistir a las jornadas ha sido muy criticada por los empresarios, Rajoy aseguró que él «siempre encuentra un hueco en su agenda para asistir a un acontecimiento» como ese».