CONSEJO NACIONAL DE CONVERGÈNCIA DEMOCRÀTICA DE CATALUNYA

Mas se centra en la 'casa gran' para intentar desbancar al PSC

Mas interviene en la reunión del consejo nacional de CDC, ayer en Barcelona.

Mas interviene en la reunión del consejo nacional de CDC, ayer en Barcelona.

TONI SUST
BARCELONA

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Artur Mas se propone concentrar desde ahora todas sus fuerzas en armar lacasa grandel catalanismo para, con apoyos de personas que hoy no están en la órbita de CDC ni de CiU, derrotar al PSC y acabar con "la hegemonía socialista". Y este será, si de él depende, el guión del próximo congreso de Convergència Democràtica de Catalunya, en julio.

Mas subrayó su apuesta ayer, al hacer balance de los últimos cuatro años de CDC y de CiU. Un periodo que calificó de "bastante bueno", aunque "no excelente". Quiso ver el vaso medio lleno: los nacionalistas han aguantado sin derrumbarse los retos electorales, pero apenas conservan una mínima parte del poder que atesoraban en el 2003. Y quieren invertir la tendencia. En las tres últimas elecciones, recordó el líder nacionalista, la federación ha incrementado su apoyo. Pero también, tras perder la Generalitat en el 2005, se quedó sin su ayuntamiento más importante, el de Tarragona, y sin las diputaciones de Girona y Lleida.

Con la Diputación de Tarragona y el Ayuntamiento de Sant Cugat como sus mayores feudos, Mas quiere concentrar todas sus fuerzas en la defensa de lacasa grandel catalanismo, la vía por la cual confía en que CDC logre apoyos provenientes de otras fuerzas, incluida Unió --pese a que Josep Antoni Duran Lleida ve con recelo el creciente soberanismo de sus socios--, para intentar acabar con "la hegemonía socialista".

DERECHO A DECIDIR

Este es el propósito que centra el congreso de CDC, según relató Mas en el World Trade Center, donde el consejo nacional de Convergència Democràtica aprobó las ponencias que el partido discutirá en el cónclave. El eje de futuro es el que Mas dibujó en la conferencia del pasado 20 de noviembre, es decir, lacasa grancomo arma de crecimiento y de respuesta al socialismo y el derecho a decidir como hoja de ruta, con un horizonte final considerablemente ambiguo.

Un derecho a decidir que, según la formulación convergente, debe ir acompañado por un consenso considerable y que igual podría servir para que los catalanes opinen sobre temas concretos que sobre la independencia de Catalunya. No se marcan límites. Se persigue no asustar a los moderados que apoyan a CiU pero seduciendo, a un tiempo, a quienes opinan que la federación mo debe descartar un Estado propio. El objetivo es complejo: acercarse a lo que logró Jordi Pujol, atraer a quien puede sentirse cómodo dentro de España y a quien desea romper con ella.

UNIÓ Y RECODER

En el debate de las personas, la dirección prevé pocas sorpresas, dado que cuenta con que la entrada de Lluís Recoder en la ejecutiva y en la permanente --órgano más reducido-- sirva para cerrar el debate que el alcalde de Sant Cugat ha propiciado al reclamar públicamente que el núcleo que toma decisiones en torno a Mas no se reduzca a Oriol Pujol, David Madí y Francesc Homs. El tiempo dirá si Recoder y otros dirigentes que han pedido renovación se dan por satisfechos solo con la obtención de un cargo.

Más complicado es el objetivo de que lacasa grany el derecho a decidir no encrespen a Duran, que rechaza frentismos con ideologías distintas y descarta el independentismo. Pero Unió y Convergència han aprendido hace décadas a administrar sus discrepancias, y a la vista de la última gran crisis, en verano pasado, que casi acaba con una colaboración de 30 años, todo apunta a que no habrá conflicto si no es el definitivo. La actual relación es más propia de una coalición electoral que de una federación. Y aún puede devaluarse si CDC aprueba en su congreso, como prevé, la posibilidad de presentarse sola en los municipios en los que no llegue a un acuerdo con Unió.