Ibarretxe equipara las sentencias contra ETA con los atentados

Juan José Ibarretxe volvió a encender el lunes los ánimos de socialistas y populares al poner en el mismo plano los atentados de ETA y las sentencias judiciales contra el entorno de la banda terrorista. En un mensaje titulado Un futuro para decidir, difundido en una pagina web del Gobierno vasco, el lendakari defiende la convocatoria del referendo que viene anunciando. En concreto, hace votos por que, dentro de un año, Euskadi afronte "un futuro diferente" en el que "los partidos hayan recibido un mandato para sentarse a dialogar".

La carta de Ibarretxe alude a los dos guardias civiles asesinados por ETA el 1 de diciembre, Raúl Centeno y Fernando Trapero, y recuerda también a los dos ecuatorianos víctimas del atentado de la T-4 del pasado año, Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio. Eso sí, a renglón seguido cita a Arnaldo Otegi, ahora en prisión, para recordar que el portavoz de Batasuna "pidió" a ETA que no rompiera la tregua.

Fiel a su discurso habitual, Ibarretxe afirma en la misiva que la violencia devuelve a los vascos "al pasado". Pero en el mismo saco que las "amenazas" y "extorsiones" mete la "ilegalización de partidos" y las "sentencias judiciales que de jurídicas tienen poco y de impulso político tienen mucho", la "dispersión de presos" y "las muertes de familiares de etarras cuando van a visitarlos a las cárceles".

"UNA ENORME INJUSTICIA"

Este ecléctico listado abrió la caja de los truenos. El secretario general de los socialistas vascos, Patxi López, consideró un "terrible despropósito" y una "enorme injusticia" que Ibarretxe "equipare" los atentados de ETA con sentencias "firmes". López también denunció en su blog que el lendakari "iguala a las víctimas y a los verdugos". Su tesis es que Ibarretxe está cada vez "más fuera de la realidad" y que se comporta como un "radical". También el portavoz parlamentario del PP vasco, Leopoldo Barreda, criticó con severidad al presidente vasco.

Ibarretxe también aprovecha el mensaje para ratificar su intención de dar la palabra a los vascos, aunque sin especificar cómo. No habla explícitamente de elecciones ni del tan traído y llevado referendo, pero se muestra esperanzado en que, en el próximo año, los partidos tengan un "mandato para sentarse a dialogar y alcanzar un acuerdo". Tampoco reivindica el derecho de Euskadi a la autodeterminación, pero lo desliza con expresiones como la del deseo de que "la sociedad vasca sea protagonista de su propio destino" o alusiones a "un futuro de participación democrática de todos y todas" y a "un futuro para decidir".