El jefe de la Policía Científica alertó sobre posibles terroristas suicidas

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El comisario general de la Policía Científica en el 11-M, Carlos Corrales, reveló ayer que, en la misma mañana de los atentados, ordenó a sus subordinados estar atentos a algún posible terrorista suicida entre los cadáveres. Explicó Corrales que, al observar los cadáveres mutilados, le "vinieron a la memoria" las informaciones que recibía de sus colegas extranjeros sobre los métodos yihadistas.

Contó que, cuando se enteró del hallazgo de la furgoneta Renault Kangoo con cintas coránicas, ordenó a sus subordinados que comunicaran a los forenses del Ifema --donde se practicaban las autopsias-- que "tuviesen cuidado si encontraban bolsas o sustancias sospechosas", porque podía haber entre los muertos algún terrorista El testimonio de Corrales echa por tierra las acusaciones que en su día vertió el PP contra el PSOE, al que señaló como fuente de un bulo sobre posibles terroristas suicidas para apuntalar la hipótesis islamista.

El juez Bermúdez acordó requerir al juzgado de la Audiencia que encabeza Baltasar Garzón que aporte dos notas informativas sobre el confidente Cartagena que no están en el sumario. Dicho juzgado ordenó destruir en el 2005 las copias de los informes para evitar su filtración a la prensa. Según un agente que controló a Cartagena, las notas señalan que el confidente alertó en el 2002 sobre la presencia de un círculo radical marroquí en España.