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Mireia Faro Sarrats

Mireia Faro Sarrats

Responsable de comunicación del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores

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La trampa de la abstención, un dilema: la importancia de las Elecciones Europeas de 2024

Si el Parlamento Europeo se inclina hacia la derecha, las políticas internas y exteriores de Europa serán definidas por aquellos que no creen en una Unión unida, fuerte, plural, y más verde, poniendo en peligro nuestros valores democráticos

Manifestación en Berlín contra el plan antiinmigración de la extrema derecha

Manifestación en Berlín contra el plan antiinmigración de la extrema derecha / ADAM BERRY / AFP

A las puertas de las elecciones europeas, todos los partidos y sus candidatos necesitan mostrar su mejor cara, prometiendo un futuro espléndido, como si no los hubiéramos visto tomar decisiones antes. Estas elecciones, que son un evento crucial, llegan en un momento de grandes desafíos para la Unión Europea: la guerra en curso en Ucrania, las crecientes preocupaciones sobre la seguridad, el conflicto en Gaza y el creciente número de refugiados e migrantes llegando a las costas de la UE, por el Mediterráneo, entre otros. En estos comicios, hay mucho en juego.

Con el auge de partidos de extrema derecha por todo el continente, se ha propagado una narrativa escéptica hacia la Unión Europea, fomentando el nacionalismo y el unilateralismo, en lugar del multilateralismo y la cooperación, poniendo en peligro la cohesión interna y los valores compartidos que sustentan el proyecto europeo. Un liderazgo débil y descoordinado, como señala Nathalie Tocci en un artículo reciente en 'The Guardian', agrava estos problemas.

Las elecciones europeas de 2024 invitan a más de 350 millones de electores, convirtiéndose en las elecciones transnacionales más grandes del mundo. El problema radica en la participación, y en la importancia que se le da a estos comicios, que llegan no solo en un momento crucial para la UE, sino también en un momento de fatiga política. Por eso, comparto la preocupación de muchos expertos de que la mitad de los votantes elegibles opten por la abstención, lo que resultaría en una baja participación.

No es sorprendente, pero lo preocupante es que el hecho de no votar pueda empeorar la situación actual. Es comprensible que la decepción generalizada respecto a la política actual, causante de esta fatiga política en un contexto tan crítico, haga que la abstención parezca la única opción viable para muchos. Pero no lo es, de hecho, es con lo que la extrema derecha juega, movilizar a sus votantes, boicoteando actos y debates políticos, a la vez que los partidos pro-europeos no son capaces de movilizar a los suyos. El futuro de la UE estará determinado por los 720 diputados escogidos del 6 al 9 de junio, y la abstención solo servirá para reforzar el ascenso de los partidos de extrema derecha y euroescépticos, dándoles más poder sobre la agenda política.

Los resultados de estas elecciones tendrán un impacto profundo en la capacidad de la UE para hacer frente a los desafíos actuales. El nuevo Parlamento Europeo deberá tratar cuestiones críticas como tensiones geopolíticas, preocupaciones de seguridad, la transición hacia la sostenibilidad, la gestión de la inmigración y los avances tecnológicos, etc.; y tanto si uno se abstiene como si no, las decisiones que se tomen en estos temas nos afectarán como ciudadanos europeos.

Shada Islam, en un reciente artículo en 'The Guardian', expresa una profunda preocupación por los musulmanes europeos y las minorías étnicas de Europa, señalando este momento como triste para los europeos progresistas, que ven cómo emergen políticos abiertamente racistas, xenófobos e islamófobos. Vox, la Alternativa para Alemania (AfD) o el Frente Nacional de Marine Le Pen en Francia; o Giorgia Meloni (Hermanos de Italia), entre otros, son claros ejemplos. Esta semana, el Primer Ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha propuesto que los principales partidos de extrema derecha europeos formen un único grupo parlamentario en el Parlamento Europeo para tener más peso en Bruselas y Estrasburgo, ante la previsión de algunas encuestas que dan la victoria a la extrema derecha en Francia, Italia y Hungría. No solo eso, sino que según la encuesta del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) publicada en enero, se prevé una mayor participación por parte de los votantes de la AfD en Alemania y del Frente Nacional en Francia que de los partidarios de las fuerzas proeuropeas. En definitiva, la abstención es contraproducente y contribuye al auge de la extrema derecha, dándoles más poder sobre la agenda política, en temas de los que se oponen abiertamente como la justicia social, la integración, la lucha por la igualdad de género, la lucha por una sociedad más sostenible y respetuosa con el medio ambiente, a la paz y una sociedad plural y diversa.

En clave nacional, un claro ejemplo aquí en España es Vox liderando la campaña de la extrema derecha por todo el Estado, utilizando la desinformación como campaña política para avivar el descontento de la población, y así ganar votos. La abstención ya no es solo un acto de protesta, sino una invitación a una Europa nueva, menos democrática.

Por tanto, la participación de los votantes es más crucial que nunca, especialmente entre los jóvenes, que representan el futuro de Europa. En los últimos meses, Alemania ha sido testigo de masivas protestas antifascistas en contra de la extrema derecha, mientras que varios países europeos, como España y Holanda, han visto manifestaciones favor de la lucha contra el cambio climático. Francia ha escuchado el nuevo "discurso sobre Europa" de Emmanuel Macron, y algunas de las principales fuerzas proeuropeas han lanzado mensajes contundentes a favor de Europa.

Con estos movimientos, si persisten, se podría evitar un aumento de la extrema derecha en el próximo Parlamento Europeo. Pero, si se materializa o no, dependerá en gran medida de la participación en las urnas. Si el Parlamento Europeo se inclina hacia la derecha, las políticas internas y exteriores de Europa serán definidas por aquellos que no creen en una Unión unida, fuerte, plural, y más verde, poniendo en peligro nuestros valores democráticos. Y al final, abstención o no, los resultados nos afectarán a todos.