Tras el 12M
Joaquim Coll

Joaquim Coll

Historiador

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Puigdemont, mentira sobre mentira

El retorno de Puigdemont fue el banderín de enganche para Junts, pero el resultado se quedó por debajo de las expectativas, con un PSC a gran distancia

Carles Puigdemont

Carles Puigdemont / DAVID BORRAT / EFE

Cuando se planteó la amnistía, desde algunos medios se quiso echar agua al vino dando a entender que el expresident fugado lo que en realidad deseaba era regresar a Catalunya para jubilarse, y no para hacer política, o como mucho para repetir más cómodamente de eurodiputado para sacarse una mejor pensión. El retorno de Carles Puigdemont no iba a ser, pues, un factor añadido de inestabilidad, lo que ayudaba a hacer más digerible la polémica ley. Algunos, medios en broma, medio en serio, decían, “para qué va a volver con lo bien que está en Bélgica comiendo mejillones y patatas fritas…” 

Sin embargo, inmediatamente que el republicano Pere Aragonès anunció el adelanto electoral, el líder carismático de Junts corrió a hacer público que se presentaba. El mayor reto era hacer creíble su candidatura, pues en 2021 también figuró como cabeza de lista y nadie creyó que fuera a presentarse en el Parc de la Ciutadella, ya que la candidata efectiva era Laura Borràs. Esta vez, tenía que ser diferente. Aunque la amnistía iba a ser aprobada tras el trámite del Senado, su aplicación real era aún incierta. Ante esta situación, Puigdemont anunció desde Bruselas dos medidas con las que se situó en la parrilla de salida para las catalanas enarbolando la bandera de su restitución. La primera fue renunciar a repetir como eurodiputado, y la segunda afirmar solemnemente que se presentaría en Barcelona para asistir al pleno de constitución del Parlament a fin de defender su investidura, pero que si fracasaba en las urnas se retiraría. César o nada.

El retorno de Puigdemont fue el banderín de enganche para Junts, pero el resultado se quedó por debajo de las expectativas, con un PSC a gran distancia. La carambola que desde la noche de las elecciones intenta para chantajear a ERC está condenada al fracaso. No habrá investidura del expresident. La disyuntiva es Salvador Illa o nuevas elecciones. Pero ahora Puigdemont ya no dice que vaya a retirarse, lo esconde cuando se le pregunta. Engañó en 2017 a los suyos con la promesa de la independencia y de nuevo a todos con la buena nueva de su jubilación.

Suscríbete para seguir leyendo