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Carme Poveda

Carme Poveda

Directora de Análisis Económico de la Cambra de Comerç de Barcelona. Miembro del Comité Editorial de EL PERIÓDICO

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Economía y elecciones en Catalunya

Los ciudadanos opinan en las encuestas y hablan en las urnas

Imagen de archivo del interior de una fábrica.

Imagen de archivo del interior de una fábrica. / Patricia Galiana - Europa Press - Archivo

Las últimas encuestas del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) nos muestran algunos datos que merecen una reflexión sobre la relación entre la percepción social de la situación económica, los datos reales macroeconómicos y la campaña electoral.

Por un lado, la encuesta publicada en abril nos dice que las dos principales cuestiones que las personas encuestadas tendrán en cuenta en la hora de votar son, por este orden, la gestión de los servicios públicos y la situación económica. Aproximadamente un 70% afirma que tendrá muy presente cada una de estas cuestiones, un porcentaje muy superior al que obtienen otras preocupaciones como la gestión de la inmigración (57%), la financiación de Catalunya (61%) o la amnistía (37%).

Por otro lado, en cada barómetro cuatrimestral el CEO pregunta sobre la situación económica para poder hacer un seguimiento de cuál es la percepción ciudadana sobre el estado de la economía en general y su situación personal o del hogar. En el Barómetro de marzo, casi la mitad de las personas encuestadas (49%) considera que la situación económica de Catalunya es mala o muy mala. Un 29% cree que es muy buena o buena y un 20% que no es ni buena ni mala. Además, un 49% de las personas encuestadas piensa que la situación económica de Catalunya ha empeorado y un 40% cree que la situación económica empeorará. Desde el punto de vista de la situación económica personal o del hogar, la mitad de las personas encuestadas declara que permanece igual y un tercio afirma que ha empeorado (por lo tanto, por debajo del 49% que cree que ha empeorado la situación general).

Primera conclusión: la percepción general es peor que la valoración personal de la situación económica, un hecho que también se da en otras economías como la norteamericana. Segunda conclusión: los resultados obtenidos en este barómetro son, en general, más malos que los obtenidos en 2019, a pesar de que los datos económicos son hoy más favorables tanto en tasa de paro (9% frente al 11%) como en crecimiento del PIB (2,6% en 2023 frente al 2% en 2019).

¿Cómo se explica esta percepción negativa de la población sobre la situación económica cuando los datos reales son bastante favorables y, además, las previsiones se revisan al alza?

La respuesta está en la calidad del crecimiento. La economía está creando mucha ocupación, pero de menos calidad de la que querríamos y esto hace que los índices de riesgo de pobreza hayan aumentado. Personas que a pesar de tener un trabajo tienen dificultades para alquilar un piso, para comprar alimentos frescos, ir de vacaciones o hacer frente a gastos imprevistos. Hay más personas ocupadas que nunca en la historia, pero trabajan menos horas de las que querrían; los salarios reales han perdido poder adquisitivo y pagan más por el alquiler o la hipoteca. Según el Banco de España, nuestro país destaca para ser de entre las grandes economías europeas la que tiene un porcentaje más alto de hogares que hacen un sobreesfuerzo para el pago del alquiler y suministros (es decir, destinan más del 40% de su renta). En esta situación se encuentran el 40% de los hogares en alquiler en 2022, veinte puntos por encima de la media de la UE.

Las políticas económicas tendrían que centrarse más en la calidad de la ocupación que en la cantidad de la ocupación, sobre todo teniendo en cuenta las dificultades que tienen hoy en día las empresas para cubrir las vacantes. Mejorar la calidad de la ocupación pasa, entre otras cuestiones, por aumentar la productividad de las empresas y, en consecuencia, los salarios reales. También habría que reformar el sistema de subsidios y las políticas activas de ocupación para rebajar la tasa de paro en Catalunya, que a pesar de ser inferior a la española continúa estando muy por encima de la de otras regiones europeas con una renta per cápita similar.

Volviendo al CEO, la otra cuestión que tendrán en cuenta los ciudadanos a la hora de votar es la calidad de la gestión pública. La sociedad percibe que los servicios públicos están cada vez más colapsados. La síndica de Greuges ha dicho que “la Administración no está preparada para la Catalunya de los 8 millones”. Tampoco parece que lo esté la calidad de la gestión pública en la Generalitat. Según el European Quality of Government Index 2021 que publica Eurostat, Catalunya está a la cola de las regiones de España y de Europa en calidad del gobierno.

Los ciudadanos opinan en las encuestas y hablan en las urnas. Será necesario que los partidos políticos sepan interpretar bien estas opiniones si quieren ganar las elecciones.

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