Ágora
Alejandro Giménez Imirizaldu

Alejandro Giménez Imirizaldu

Arquitecto por la ETSAB, profesor de urbanismo de la Universitat Politècnica e investigador del Laboratori d’Urbanisme de Barcelona.

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Barco a Venus

Si algo sobra en los polígonos residenciales es espacio: reiterativo, yermo, desprovisto de identidad, peligroso

Los nuevos pisos del gran realojo de La Mina: todos de igual tamaño y con diseño 'anti-conflictos'

La desolación del bloque de Venus, pendiente de derribo desde hace 21 años

El bloque de la calle Venus, en el barrio de La Mina, en Sant Adrià de Besòs.

El bloque de la calle Venus, en el barrio de La Mina, en Sant Adrià de Besòs. / MANU MITRU

En el segundo planeta del sistema solar caeríamos, cocidos y aplastados, al minuto de avenizar. Venus se parece a la Tierra en masa y gravedad. Pero la presión es cien veces mayor, la atmósfera 99% CO2 y el termómetro 500 ⁰C. Tiene mares. De metano. Hola, Mecano. El telescopio espacial Webb y el urbanismo metropolitano cargan de sentido vuestra canción de 1982. 

Diez años antes, en 1972, Galán, Martínez, Mendoza y Murtra diseñan los bloques de La Mina. Aplican sistemas industrializados e innovadores. Con el encofrado túnel podían conseguirse ritmos de producción muy altos y de ajustadísimo coste. La 'taylorización' del proceso constructivo, la uniformidad tipológica, la extraordinaria longitud y la omisión de balcones responden a un criterio que prioriza la rapidez y la economía en la ejecución de la obra. Las calles y los colegios ya tal.

Ayer jueves 18 de abril, en el plenario del Consorci del Barri de la Mina, se procedía a la aprobación definitiva de la expropiación del bloque Venus. Sebastià Jornet, autor del plan de transformación del barrio, augura: Se derribará. No será fácil y habrá ruido, pero no hay marcha atrás. En el plan, Jornet, Llop y Pastor apuestan por una redistribución y equilibrio de las dimensiones de calles y plazas, sustituyendo los grandes bloques por volúmenes más domésticos, optando por una parcelación más menuda, buscando un mayor sentido de identidad y arraigo. La propuesta defiende la calidad de arquitecturas y espacios públicos e intenta apoyarse en procesos de participación controvertidos. A renglón seguido otro estudio, a cargo de Miguel Mayorga y Francesc Magrinyà, por encargo del Ajuntament de Sant Adrià, proponía mejoras a la conectividad de La Mina con su entorno, sugería una mayor dotación de servicios colectivos y reclamaba formalizar las demandas de entidades y vecinos en vivienda y equipamiento. Destaca en sus dibujos la propuesta de hacer llegar la rambla central de la Mina hasta el mar. No pudo ser. Dice Mayorga: parecía que nadie quería que los gitanos se acercaran al Fòrum. Nosotros no propusimos una rambla hasta el mar. Propusimos dos. Y recuerda Magrinyà: el tema de Venus es que se pudrió. El plan de 2004 quedó muy tocado por la crisis de 2008. No es tanto un tema de edificación como una política de servicios sociales. Más tarde, Eduard Montesinos y su equipo, en un análisis del plan publicado en mayo de 2014 por la UB, constata que de los 173 millones de euros reunidos, Europa mediante, para arreglar aquello, solo el 15% se destinó a la parte social, educativa, de la calidad de vida de los vecinos de La Mina. Todo lo demás era urbanización, reparcelación, estructura, accesibilidad, equipamiento, nueva vivienda y derribos. Mucho tocho y poca chicha.

Ahora se masca la tragedia: ¿conseguirá el derribo del bloque hacer ver que Venus no existía? Recordemos Can Tunis. “Un niño se adelanta y ocupa el primer plano, enfadado. Can Tunis se creó a finales de los 80 como barrio modélico para gitanos. Y allí quedó, aislado, al margen de una ciudad que iba poniéndose cada vez más guapa. Hasta que se convirtió en un problema y se decidió hacerlo desaparecer.” Eva Serrats resume su trabajo fotográfico y el docu de Paco Toledo y José Gonzalez que relatan el auge y caída de una expectativa urbanística soñadora.

¿Cuáles son las alternativas? La ciudad de 2024 no es la del Fòrum. En veinte años cambian cosas. Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal. Premios Pritzker 2021, ofrecen una batería de mecanismos de mejora sobre los bloques de vivienda social en los extrarradios de las grandes ciudades francesas. Consiguen transformar distribuciones jerarquizadas, ajustadísimas de medidas, diseñadas por hombres y para hombres, en otras cosas: una superposición de filtros climáticos mediante extensiones espaciales, como una doble piel, amable, versátil, acogedora, de aquellos bloques. Si algo sobra en los polígonos residenciales es espacio: reiterativo, yermo, desprovisto de identidad, peligroso.

La encuesta sobre consumo de sustancias psicoactivas del Ministerio de Sanidad, 2023, muestra una prevalencia constante de la heroína en los últimos veinte años, entre el 0,5 y 0,9 % de la población. Una minoría tenaz. El número de admisiones a tratamiento, sin embargo, baja desde 46.635 usuarios en 1996 hasta 7.419 en 2021, descenso atribuible a un abandono de la vía parenteral en favor de la inhalada. No parece que la gente vaya a drogarse menos pero puede que lo haga con más cabeza. Un vecino de la calle Ferrer Bassa describe la romería: van como al trote, sin correr pero rápidos, saliendo del metro, generalmente solos. O en parejas, peleándose porque yo he puesto más. Vuelven tambaleándose y ahí ya pueden tardar horas. No ha cambiado mucho la cosa en veinte años, solo que ahora hay diferentes perfiles de usuario: pijos, 'skaters', gente como normal, rumanos con cara de malos, yonkis viejos medio muertos desde hace décadas, algunas, pero pocas, mujeres, modernas trasnochadas…

¿A dónde irán cuando caiga Venus?

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