ASUNTOS PROPIOS
Núria Navarro

Núria Navarro

Periodista

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Daniel Innerarity, filósofo político: "Nos apañamos bien con los problemas salvajes, la IA no"

El titular de la Cátedra Inteligencia Artificial y Democracia del Instituto Universitario Europeo en Florencia da argumentos para no temer a los algoritmos

El desarrollo acelerado de la IA multiplica los riesgos de inundar la democracia de desinformación

Cristóbal Cobo, experto en IA: "Debemos enseñar al alumnado que un poquitín de desobediencia tecnológica hace bien"

Daniel Innerarity

Daniel Innerarity / MANU MITRU

La supersónica evolución de la inteligencia artificial (IA) enciende el fervor o el pánico. Están los que sostienen que nos liberará de fastidios y nos conducirá a la abundancia, y los que creen que se cargará la democracia y nos llevará a la extinción. ¿Con qué nos quedamos? El catedrático de filosofía política Daniel Innerarity (Bilbao, 1959), invitado al EdTech Congress Barcelona, es el titular de la Cátedra Inteligencia Artificial y Democracia del Instituto Universitario Europeo en Florencia y tiene una opinión razonada.

Entre los apocalípticos y los entusiastas, ¿dónde se coloca?

Entre los que piensan que la tecnología es una cuestión de responsabilidad. Depende más de lo que hagamos con ella de lo que piensan los tecnoptimistas y los tecnófobos, que en el fondo son unos vagos. Hay que entenderla y regularla.

"Los tecnoptimistas y los tecnófobos, en el fondo, son unos vagos"

¿Qué ha entendido usted de ella?

Que no es un añadido a las cosas que tenemos. Lo 'reformateará' todo. Y solo puede salir bien si atiende a todas las voces, generaciones, géneros y economías.

Dígaselo a los gigantes tecnológicos, con más poder que los estados.

Hay que hacer algo similar a lo que hemos hecho en el mundo financiero: conseguir un equilibrio entre mercado, política y Estado. En Europa es donde se ha regulado con más inteligencia para que esto no sea solo un negocio. Los valores pueden ser más importantes en la batalla global de lo que pensamos.

De momento, es año de elecciones. ¿Confiaría en la recomendación de voto de Alexa?

¡No!

"¿Alexa habría puesto en marcha un movimiento como MeToo? Hizo falta un momento de ruptura histórica"

Sabe al dedillo cómo es usted.

Los algoritmos conocen mi comportamiento de hecho, pero no saben de mis aspiraciones. ¿Quiero que los algoritmos de recomendación voten a partir de lo que soy o de lo que quiero ser? Puede que no recicle lo suficiente, pero deseo un Gobierno con estándares ecológicos. Los algoritmos son muy conservadores. Tienen dificultad para deducir de mi comportamiento pasado posibilidades inéditas de desarrollo en el futuro. ¿Alexa habrían puesto en marcha un movimiento como MeToo? No. Hizo falta un momento de ruptura histórica.

Elon Musk dice que en un año nos superan.

A riesgo de que me eche de X, no me ofrece ningún crédito. Es absolutamente contradictorio que los humanos elaboremos una tecnología a partir de nuestra inteligencia que pueda superar a nuestra inteligencia. La máquina nos gana al ajedrez, que es un juego que tiene las reglas definidas, pero el humano se apaña bien con los problemas salvajes. En el caos nos movemos mejor que en el orden. La IA no. 

"Somos capaces de tomar decisiones en contextos ambiguos, escasos datos y poco tiempo"

¿Esa es nuestra ventaja?

Somos capaces de tomar decisiones en contextos ambiguos, escasos datos y poco tiempo. Lo que nos caracteriza como seres inteligentes es el comportamiento cotidiano: hablar, relacionarnos, movernos. A una máquina le requeriría un consumo energético descomunal.

La pereza también es humana. Quizá deleguemos en ellas más de lo prudente.

La cuestión es preguntarnos qué es bueno delegar y qué reservamos para nosotros. Chesterton decía que hay tres cosas que uno debe hacer por sí mismo: sonarse las propias narices, elegir la pareja y decidir en política.

Se aproximan. Y con sesgos.

Hablamos de los sesgos de los algoritmos, por ejemplo, a la hora de confiarles una decisión judicial, pero ¿acaso los jueces no tienen sesgos? Además, nuestra conversación pública a menudo está hiperideologizada y la máquina podría medir el impacto de una ley y hacer política comparada, convirtiendo un problema emocional en uno más manejable. Eso no haría superflua la sensibilidad política.

"El derecho a ser imprevisible debería ser un derecho humano"

¿En qué quedaría?

La política es la organización de sociedades libres compuestas por gente imprevisible –el derecho a ser imprevisible debería ser un derecho humano–. Si el orden es conquistado por la previsibilidad y el control, prefiero mantener una tasa elevada de desorden.

Le consultan políticos como Macron, Boric... ¿Eso les dice?

No quiero que me hagan mucho caso. Soy un filósofo, más bien les escucho. No se puede hacer filosofía política sin saber en qué universo viven los que toman decisiones. Y es un universo de contingencia, de precariedad de datos, de escasez de tiempo, de vértigo.

"El abrazo de una madre es la máxima expresión del inteligencia"

Oiga, ¿qué le costaría más a una máquina para llegar a ser Daniel Innerarity?

Tener el cuerpo de Daniel Innerarity.

¿Bromea?

¡En absoluto! La IA avanzará todo lo que pueda una inteligencia que no tiene cuerpo. En el cuerpo está lo bueno y lo mediocre de nosotros. La empatía, la sensibilidad, el envejecimiento. Tenemos una visión demasiado cartesiana de nosotros. Cuando pensamos en lo sublime, concebimos una idea abstracta, cuando el abrazo de una madre es la máxima expresión de la inteligencia.