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Joan Tapia

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Presidente del Comité Editorial de EL PERIÓDICO.

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Euskadi: todo bien, pero...

Que el PNV y el PSOE repitan su actual gobierno de coalición es lo más probable. Aunque podría ser que, por primera vez, Bildu fuera la primera fuerza

El candidato del PNV a las elecciones vascas, Imanol Pradales.

El candidato del PNV a las elecciones vascas, Imanol Pradales. / Migue Toña

Los vascos votarán el 21 de abril, dentro de tres semanas, y estas elecciones -al contrario de lo que sucedía en otros tiempos- no generan una gran tensión. Tras más de diez años del cese de la violencia, Euskadi es una comunidad en paz, con un alto nivel de vida y en la que la gente está bastante satisfecha. En una reciente encuesta de El País el 52,9% decía que la situación de Euskadi es buena o muy buena frente a sólo el 8,2% que la cree mala o muy mala. Para el resto, 37,5%, es regular. Pero la satisfacción tiene sombras. Sólo el 23,3, contra el 34,9%, cree que se ha mejorado en la última legislatura.

Y hay datos que indican cautela. Veamos, los dos partidos nacionalistas (PNV y Bildu) arrasarán el 21 de abril con más del 75% de los votos. Pero una coalición entre el PNV y Bildu (ninguno de los dos llega a los 38 escaños de la mayoría absoluta) es descartada por la cúpula de los dos partidos y sólo la desea el 23,4% de los encuestados. ¿Por qué? Quizás, porque ante la independencia -tan valorada antes por el PNV de Ibarretxe y por la izquierda abertzale- los vascos han dejado de reaccionar emocionalmente. En el sociometro del Gobierno vasco, el 23% se declara independentista frente al 38% que deben estar más o menos conforme con la autonomía actual. Pero un relevante 33% contesta que depende. ¿Depende de qué? ¿De no perder los beneficios de la actual autonomía con concierto económico? ¿De qué se obtuviera de forma legal y pactada?

Lo que está claro es que los seguidores de Iñigo Urkullu, el actual lendakari, y de Arnaldo Ortegi, el gran referente de Bildu, no quieren un frente común. ¿Para no equivocarse y precipitarse? Todo lo contrario de lo que quiere Puigdemont.

Vamos a los resultados. Por primera vez el PNV, con 28 o 29 escaños (según El País o el sociometro vasco), no tiene seguro ser el primer partido ya que en estos sondeos empata con Bildu. Mientras el PNV desciende dos o tres escaños respecto a hace cuatro años (cuando los tres últimos ya los obtuvo por los pelos), Bildu sube de 21 a 28 o 29. ¿Por los votos que fueron a Podemos que sacó 6 escaños, por qué Bildu está ya más aceptado, por qué hay cierto cansancio del PNV que ha gobernado casi todos los años de la autonomía? Quizás conviene recordar que los exbatasunos (Otegi) son el componente principal de Bildu, pero que también están Ezker Batua (la antigua Izquierda Unida) e incluso los restos de Eusko Alkartasuna, la escisión del PNV de Carlos Garaicochea.

¿Quién gobernará? Gane Bildu o gane el PNV, lo más probable es que el lendakari sea Imanol Pradales, el nuevo candidato del PNV que es un Urkullu quince años más joven y que repetiría la tradicional coalición con el PSOE que tendrá 10 diputados, como ahora, o 11. Y esta coalición transversal y ya rodada es la preferida por el electorado: 28,3% contra 23,4% del pacto PNV-Bildu y 15,6% del Bildu-PSE. Una coalición centrista y transversal pese a la gran mayoría nacionalista y a que los vascos son más de izquierdas que los españoles (en la escala de 0 a 10 se sitúan en un 3,9 frente al 4,8). Pero el PNV no es la derecha clásica porque la media de sus electores se sitúa en un 4,5.

Así todo seguiría igual pese a que el PNV sufriera la bofetada de no ser el primero y el PSE haya perdido el empuje que le hizo ganar las legislativas de julio. PNV y PSE quedarían razonablemente satisfechos. Pero las cosas se pueden torcer. El PNV puede bajar algo más y el PSE perder un diputado mientras el PP, que estaba muy bajo, puede pasar de los 6 a los 7 o 8 escaños. Y en la horquilla de El País hay la posibilidad de que la suma del PNV y el PSE no sea de 39 o 38 escaños (mayoría absoluta) sino que se quede en 36 o 37.

Entonces el PNV y Sánchez tendrían un problema. Lo más probable es que el PP permitiera la investidura y llegara a pactos puntuales (ya pasó en alguna ocasión) porque quiere frenar a Bildu. Pero para el PNV y para Sánchez, que dice que el PP es como la extrema derecha, sería una gran humillación.

Dos notas finales. Sumar tendrá otro fracaso ya que las encuestas le dan sólo un escaño y Vox puede perder el que obtuvo hace cuatro años. Euskadi se gobernará desde el centro-izquierda. Aunque tenga que tener apoyos del PP.

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