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Dos años de 'nuestra' guerra

Tucker Carlson y Putin

Tucker Carlson y Putin / EP

Albert Sáez

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Llevamos dos años en guerra. Y casi no nos acordamos. Ni de los que mueren en el frente, ni de los costes del potente escudo que hemos construido para reducir su impacto en nuestra economía de cada día. Pero la guerra sigue ahí. Según nos explican Marc Marginedas e Irene Savio desde del frente bélico, con el ejército de Ucrania desarmado por la falta de materialización de las ayudas occidentales. Y con Putin en el frente político aparentemente más fuerte que nunca desafiando a todos a propósito de la muerte de Navalny. 

La desafección a la guerra crece entre los europeos. E incluso algo peor, la desafección por la democracia. Uno de nuestros editorialistas, Andreu Claret, me llama la atención sobre una de las respuestas de los encuestados del CEO sobre valores. Entre los mayores de 50 años, los hay más favorables a vivir en un país capaz de garantizar un nivel de vida adecuado a sus ciudadanos que los que prefieren vivir en un país democrático, aunque no garantice su bienestar. Un dato ciertamente preocupante.

Aparentemente, esa desafección democrática sería una victoria de Putin en la retaguardia occidental. La realidad es otra. El sufrimiento de los rusos por sostener la guerra en Ucrania es invisible, pero no por ello menos grave. No provoca la caída del régimen de los oligarcas, pero ahí está. Putin no garantiza ni el bienestar ni la democracia. Esa es la realidad que no se trasluce en la opinión pública rusa pero tampoco en la europea. Demasiadas veces, Putin aparece como un héroe al que la guerra y las sanciones no le ocasionan daño alguno. A él, quizás no. Pero al pueblo ruso le generan todo tipo de penurias que resultarían insoportables para cualquier ciudadano europeo, incluso para el más vulnerable. Democracia y bienestar son indisociables. Como lo fueron durante décadas, democracia y libre comercio. Hasta que aceptamos a Rusia y a China en el mercado global. Y les dimos la llave a los autócratas de nuestro bienestar. Craso error.