Transición ecosocial justa o futuro injusto

No podemos obviar que estamos en emergencia climática, por mucho que algunos quieran negar las evidencias. No solo por la sequía que estamos sufriendo en la actualidad, la peor de Catalunya, sino por el aumento de las temperaturas que año tras año registran récords históricos.

La emergencia climática no es fruto de la casualidad, es la consecuencia de la acción humana y de un sistema extractivista, depredador con el territorio, que genera grandes desigualdades, puesto que impacta más directamente en las personas más desfavorecidas cuando son las que tienen menos responsabilidad en la generación de CO₂. Actuamos como si la Tierra fuera infinita, sus recursos naturales fueran una mercancía de supermercado que se pueden reponer constantemente en la estantería y los residuos que generamos se pueden absorber inmediatamente, quizás porque una gran parte lo enviamos a la otra punta del mundo. Y la realidad es que el planeta es limitado, el agua es un bien escaso y finito, igual que los minerales y no podemos convertir a la Tierra en un vertedero.

Por lo tanto, es urgente hacer frente a la emergencia climática. Y no pretendo dibujar un escenario catastrófico, al contrario. Encarar la situación es una oportunidad para el país. Es la vía para desarrollar un nuevo modelo que pone la vida en el centro, que genera ocupación de calidad, que tiene como objetivo garantizar el Estado del bienestar y la justicia social, sin girar la espalda al planeta.

No nos podemos limitar, solo, a poner al día las infraestructuras hídricas para estar preparados para la próxima sequía y seguir perpetuando el uso y el abuso que se ha hecho hasta ahora. Durante los últimos 15 años, los gobiernos de ERC y Junts no han tomado las medidas que hacía falta para afrontar la situación. Vamos tarde en la construcción de desaladoras, en renovables, en infraestructuras de ferrocarril, tarde en la gestión de residuos. Vivimos en el país del ‘blan, bla, bla...’ cómo diría Greta Thunberg

Por eso, ahora es necesaria la transición ecosocial y la planificación ecológica que desde hace tiempo los Comuns venimos defendiendo. La nueva situación climática tiene que concernir a todas las áreas de gestión, se tiene que trabajar de forma transversal. Tenemos que tener una mirada más amplia y a más largo plazo.

La planificación hídrica hace falta que vaya de la mano de la planificación urbanística. Tenemos que concebir la vivienda desde la perspectiva climática, potenciando su rehabilitación para mejorar su eficiencia energética y la regeneración y reutilización de las aguas freáticas. Tenemos que repensar las equipaciones públicas, teniendo en cuenta las nuevas condiciones meteorológicas y reestructurar el sistema de salud, que tendrá que atender las patologías relacionadas con la contaminación y los golpes de calor. Tenemos que diversificar nuestra economía, por no fiarlo todo al turismo de masas que además, con las altas temperaturas, no aguantará mucho como resorte de veraneo de Europa, para ofrecer oportunidades a la industria para transicionar hacia las necesidades futuras, así como proteger a la agricultura y ganadería. Tenemos que impulsar, de una vez por todas, las renovables en Catalunya y dejar de ser un desierto energético, y una red de transportes públicos potente y eficientes, situando el ferrocarril como el transporte del futuro. Y todos estos proyectos, que enumerados así, pueden parecer ingentes, son la mejor forma para generar ocupación, puestos de trabajo cualificados y con mejores salarios, que aseguren una vida digna a todas las personas.

Ahora bien, para conseguir que la transición ecosocial sea un éxito hacen falta ambición e inversiones. Hace falta planificación. Hacen falta políticas valientes, que pongan el interés público y la sostenibilidad por delante de los intereses privados, de los lobis que solo quieren ganar dinero de manera inmediata, movidos por su propio interés.

Necesitamos construir una mayoría de futuro que sea capaz de hacer frente a la coalición del CO₂ que niega la emergencia climática, pero también una mayoría de futuro que sea capaz de hacer frente a la coalición del 'que todo cambie para que todo continúe igual'.

Para los Comuns está claro, solo hay un camino y se llama transición justa.

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