Conflicto en Gaza

Anatomía de un conflicto

Desde 2005 la Franja es una cárcel a cielo descubierto. Desde hace 85 años, cada vez que Israel ha podido someter y humillar a sus rivales no ha dudado en hacerlo

Palestinos inspeccionan las ruinas de un edificio destruido tras un bombardeo israelí en Dair El-Bakah, en la Franja de Gaza

Palestinos inspeccionan las ruinas de un edificio destruido tras un bombardeo israelí en Dair El-Bakah, en la Franja de Gaza / Naaman Omar / Zuma Press / EUROPA PRESS

Rafael Vilasanjuan

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¿Hay salida? Si el dilema gira en torno a la posibilidad de que el Gobierno de Israel acepte un alto el fuego, basta mirar el retrovisor para ver que no va a ser fácil. Mientras en Gaza el hambre y las enfermedades hacen estragos, conviene echar la vista atrás para entender dónde estamos.

Se cumple esta semana el 85 aniversario de la Conferencia de Londres. Todavía no se había declarado el Estado de Israel, pero ya el movimiento sionista reclamaba el retorno a la tierra prometida de su histórica diáspora. Pudo haber sido Argentina, pero Palestina tenía más sentido por sus connotaciones históricas. Bajo el protectorado británico de la zona, en esa reunión se fijaron límites a la inmigración judía y se habló de la creación de un estado compartido entre árabes autóctonos y judíos de todo el mundo. Nunca se llegó a cumplir y solo unos años después se crea el Estado de Israel, coincidiendo con el final de la persecución nazi a los judíos. A partir de ahí empieza la lucha.

Con el apoyo de Egipto, la población palestina recupera al Ejército judío la Franja de Gaza, hasta que en la guerra de 1967, Israel la recupera y la ocupa sometiendo a toda la población. Ese fue el sentido de la Primera Intifada, una protesta contra la ocupación que llevaría a los Acuerdos de Oslo en 1993, por los cuales se empezó a hablar de dos estados y a reconocer a la Autoridad Nacional Palestina como su legítimo Gobierno.

Todo eso se dinamita por dos hechos: el asesinato de Isaac Rabin, el dirigente israelí que lo hizo posible y la consiguiente llegada de los halcones con Netanyahu a la cabeza y la radicalización del mundo islámico en torno a Al Qaeda y el Estado Islámico que acabaron por crear un cinturón de seguridad para Occidente impidiendo que Gaza fuera un territorio abierto. Desde 2005 la Franja es una cárcel a cielo descubierto. Desde hace 85 años, salvo el breve periodo de Rabin, cada vez que Israel ha podido someter y humillar a sus rivales no ha dudado en hacerlo. Por eso analizando la anatomía de lo que ha pasado, es difícil intuir una salida.

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