Crisis migratoria
Olga Ruiz

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Periodista

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El bucle de la solidaridad

Trescientos migrantes menores solos llegan de media, cada mes, a Catalunya. Arriesgan su vida para huir del infierno y acaban en una especie de limbo solidario

El presidente de Canarias insiste en que "la solidaridad ha fracasado" en el reparto de menores migrantes

Llegada de niños migrantes a El Hierro.

Llegada de niños migrantes a El Hierro. / EFE

El diccionario de la RAE define la solidaridad como la "adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros". Basta esta definición para entender que en la gestión de cualquier crisis migratoria el error es de base, conceptual.

La solidaridad sigue siendo el caballo de batalla entre Canarias y la Península, entre la Generalitat y el Gobierno de España, entre las comunidades gobernadas por los de un color y los del contrario. Solidaridad calculada al peso, a cuenta del número de migrantes que pueden asumir unos y que se niegan a acoger otros.

Vuelvo al diccionario -también rico en sinónimos- para recalcar que la solidaridad lleva implícita la coyuntura y la temporalidad, que es por naturaleza ocasional, accidental, episódica y accesoria. Es lo que es, tan necesaria como insuficiente en sí misma. Y finita, aspecto que olvidamos y que acaba siendo una de las aristas del problema migratorio.

Trescientos migrantes menores solos llegan de media, cada mes, a Catalunya. Diez al día. Setenta a la semana. Huyen de Gambia o Senegal, pero también del golpe de Estado en Níger, de la crisis de Mali o Guinea o de cualquier situación coyuntural que les asfixie en sus países de origen. Arriesgan su vida para huir del infierno y acaban en una especie de limbo solidario. La radiografía de la situación actual no deja lugar para la duda: la solidaridad serena conciencias, pero no soluciona el problema.

Centros de acogida colapsados, la DGAIA desbordada, fondos del Ministerio insuficientes y la certeza de que, mañana, nuevos menores llegarán con la misma desesperación, con los mismos anhelos. ¿Y entonces, qué haremos? Exactamente lo mismo que hicimos con los chavales que llegaron ayer, con los que llegarán mañana: tirar de solidaridad e implorar un reparto más equitativo entre las comunidades que no es otra cosa que pedir que el colapso sea equilibrado, que el 'marrón' sea repartido. En definitiva, pedimos solidaridad para los solidarios. La solidaridad como único fin. No salimos del bucle.

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