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Sánchez y Puigdemont, estrellas de TikTok

Carles Puigdemont y Pedro Sánchez, el pasado 13 de diciembre en el Parlamento Europeo.

Carles Puigdemont y Pedro Sánchez, el pasado 13 de diciembre en el Parlamento Europeo. / RONALD WITTEK / EFE

Albert Sáez

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El paradigma de la comunicación política actual es el formato generado en la red social TikTok: máximo 30 segundos, con imágenes aceleradas, subtítulos de impacto y sin posibilidad de archivar los contenidos publicados. Para Pedro Sánchez es un modelo ideal porque imposibilita guardar memoria de lo dicho y de lo hecho. Para Carles Puigdemont también, porque permite el fogonazo sin tener que dar explicaciones de los resultados ni de las consecuencias como le ocurrió en el 1-O.

Cada votación en el Congreso exige un vídeo de 30 segundos con el PSOE arrodillado ante Junts, pero solo un momento. Después, si te he visto no me acuerdo. ¿Alguien de Junts se acuerda ahora de cómo está el tema de la oficialidad del catalán en la UE, aquel TikTok que permitió la elección de Francina Armengol como presidenta del Congreso? El pago por adelantado comienza y acaba en el chispazo de Míriam Nogueras hablando en nombre de no se sabe quién. “Hemos centrado una pelota y veremos si el Govern la remata”, ha dicho a propósito de la presunta delegación de competencias de inmigración a la Generalitat en el acuerdo con el PSOE. ¿En nombre de quién negocia? El Parlament votó en septiembre contra esa propuesta de Junts. ¿Puede un partido saltarse la soberanía de la Cámara que tanto dicen proteger los miembros de Junts? Pero claro, todo esto es muy complejo para un episodio de TikTok.

Esta semana Sánchez y Puigdemont se han dado lo que querían. El presidente del Gobierno, un corte de 15” acusando al PP de votar contra la subida de las pensiones. Y Nogueras, un vídeo para difundir en Ripoll y decirles a los votantes de Orriols que ella expulsaría a los delincuentes extranjeros pero los pérfidos republicanos y socialistas no rematan la jugada. A esto se le pueden poner muchos nombres, pero el menos indicado es un pacto como el del Majestic. Los firmantes de aquel acuerdo leían y escribían y luego se hacían la foto. En TikTok todo empieza y acaba en el vídeo

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