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Abdicar o no, esa es la cuestión

Reina Margarita

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Gemma Martínez

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Dinamarca vivirá el próximo domingo un momento histórico con la abdicación de Margarita II, que a sus 83 años es la monarca más longeva de Europa. La reina danesa cederá el trono que ha ocupado durante los últimos 52 años a su hijo Federico en uno de los movimientos más inesperados entre las monarquías occidentales. Ella, que siempre había defendido que estaría en el cargo «mientras viva», anunció en Año Nuevo que, tras una reflexión, tenía que pensar en el futuro y dejar «la responsabilidad a la siguiente generación». 

Abdicar o no, esa era la cuestión, una disyuntiva que antes de morir también se llegó a plantear la monarca Isabel II de Inglaterra -como muy bien refleja el brillante episodio final de la última temporada de la serieThe Crown-, pero que finalmente desechó.

Los motivos que están detrás de este cambio de planes de Margarita II y del momento elegido para ejecutarlo solo los sabe ella. Pero nadie puede dudar de que la soberana trata de salvaguardar la continuidad de una monarquía azotada por los escándolos que pierde apoyos en su país y que, como todas las de su entorno, está necesitada de modernización. Aunque abdicar no dé garantías de nada, avanzar el relevo sí puede contribuir a restar incertidumbres en torno al futuro de su primogénito, cuya imagen intenta idealizar ahora la prensa más cortesana. Federico es, a sus ojos, el monarca más moderno y sostenible, igual que Carlos III de Inglaterra quiere serlo, sin que las turbulencias de su vida privada ni las tensiones con la futura reina sean dignas de atención.  

Las miradas están puestas ahora en otras dos monarquías europeas, la noruega y la sueca, cuyos tronos están ocupados por los reyes Harald V (86 años) y Carlos Gustavo (77 años). También ellos podrían seguir el camino de Margarita II y ceder la responsabilidad a sus herederos, que ya los han sustituido en varias ocasiones. Como mínimo, los dos harían bien en imitar la reflexión de la soberana danesa si quieren dar continuidad a una institución, la corona, acorde a los nuevos tiempos.

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