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Carles Sans
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Ya falta menos para que se acabe la Navidad

La gente consumirá a gran escala, lo que tiene unas consecuencias nefastas para el planeta, pero eso ya se lo encontrarán las generaciones venideras

¿A qué hora se encienden hoy las luces de Navidad 2023 en Barcelona?

Así es la calle de Pelai tras la eliminación del urbanismo táctico de Colau

Luces de Navidad en la Gran Via de Barcelona

Luces de Navidad en la Gran Via de Barcelona / Elisenda Pons

Como todos los años, las calles se engalanarán de los mismos adornos luminosos de otros años. Muchos escaparates lucirán los motivos navideños mil veces vistos, y como también todos los años tendremos que pasar por la rueda de encuentros con amigos y familiares en torno a mesas sepultadas de la tradicional comida de estas fechas.

Mientras en las calles de Madrid se respira aún el enfado de muchísimos votantes de derechas, e incluso de izquierdas, por la aplicación de la amnistía, las de Barcelona están tranquilas viendo cómo se ha recobrado la calma después de un período político y social bastante alterado. Ada Colau se fue y ha dejado en el Ayuntamiento un sucesor que nos mantiene a la espera de notar su impronta. Tal vez sea demasiado pronto pedirle a Collboni signos de distinción versus Colau, porque si exceptuamos el 'coup du théâtre' inicial de eliminar el llamado urbanismo táctico de Pelayo, un poco al estilo Milei de Argentina, no ha habido de momento intervenciones dignas de mención. Eso sí, Barcelona sigue sumida en el caos circulatorio que aumentará, como ocurre todos los años, durante estas fiestas. Cada hogar español estima gastarse estas Navidades una media de 634 euros. Son fechas en las que nos vemos forzados a consumir. Comidas de empresa, amigo invisible, sin olvidar los regalos de ese invento llamado Papá Noel, esa especie de Dios para niños, al que le tengo un pelín de manía.

La gente consumirá a gran escala, lo que tiene unas consecuencias nefastas para el planeta, pero eso ya se lo encontrarán las generaciones venideras. Alguien me decía que seremos la primera generación de la historia de la humanidad que dejaremos un mundo algo peor que el que hemos encontrado. Yo no sé si será para tanto, pero está claro que nuestros niños sufrirán los excesos de quienes les hemos antecedido.

De momento, disfrutemos de esta Navidad mientras los ucranianos y los rusos se disputan el odio en los gélidos campos del Donbás, y los palestinos e israelíes lo mismo entre bombas de exterminio y sufrimiento. Pero es Navidad y hay que seguir para adelante como si nada pasara. Por cierto, apuesten mucho a la lotería, que a lo mejor este año sí les toca. 

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