Las subcontratas y el madridismo sociológico
Albert Sáez
Director de EL PERIÓDICO
Soy periodista. Ahora en EL PERIÓDICO. También doy clases en la Facultat de Comunicació Blanquerna de la Universitat Ramon Llull.
Albert Sáez
El FC Barcelona lleva una semana dando bandazos a raíz de la investigación publicada por EL PERIÓDICO sobre los casos de explotación laboral que se esconden en las obras del Camp Nou. Primero suspendieron una asamblea de socios para hablar del Espai Barça por miedo a las preguntas, luego concedieron una entrevista con la vicepresidenta Elena Fort que no desmintió nada de lo publicado, entre otras cosas porque desde el primer día dejamos claro que ni el Barça ni Limak tenían nada que ver directamente con esas prácticas sino que era cosa de las empresas subcontratadas, algunas de ellas bien conocidas en el sector por utilizar todo tipo de estratagemas para competir únicamente por los costes, en las obras del Camp Nou y en las de cualquier otra empresa o... administración.
En una nueva entrega de esta investigación, nuestro experto en información laboral, Gabriel Ubieto, explica uno de los mecanismos que utilizan estos contratistas para tratar de dar amparo legal al pago de salarios por debajo del convenio del sector consistente en pactar con los trabajadores su inaplicación, lo que coloquialmente se conoce como "descuelgue". Esta figura se instauró en la reforma laboral de Fátima Báñez del año 2012, según explica Ubieto, y no fue derogada en la posterior que aprobó el Gobierno de Sánchez, se le pasó a la ministra de Trabajo y actual vicepresidenta Yolanda Díaz a pesar de proclamar a diestra y siniestra que los trabajadores habían recuperado todos sus derechos. O igual su experiencia sindical le hizo ver que en el tema que nos ocupa estamos ante una forma perversa de utilizar el "descuelgue" que, como explica también Ubieto, está pensado para que, de forma temporal, evite el cierre de una empresa reduciendo los salarios con la complicidad de los representantes de los trabajadores. Y ahí empieza el 'caso subcontratas'. Como dice la vicepresidenta Fort ni el Barça ni Limak tienen a 2.000 trabajadores durmiendo en la puerta del estadio. Desmentido a algo que nadie ha dicho. Cuando licitó la reforma del Camp Nou, el Barça eliminó en el último minuto el requisito de tener experiencia previa en la construcción de estadios, lo cual abrió la puerta a Limak, que ganó gracias a la oferta que hizo de plazos de ejecución y de precio. Y esto abrió las puertas de las subcontratas que solo pudieron ganar en algunos casos los que son conocidos en el sector por apurar o transgredir los límites legales. Los que viven en el descuelgue permanente para sofoco del resto del sector, el que perdió aquel concurso por exceder los plazos y poner el precio que cuestan las cosas en un país de la UE. A explicar esto se le puede llamar "madridismo sociológico" o periodismo. Nosotros ya saben dónde estamos siempre.
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