Abusos a menores

Pechos incipientes

Empezó a acariciarme por debajo de la ropa. Tenía 12 años. Nunca lo conté

¿Qué dice y qué no dice el informe del Defensor del Pueblo? ¿De dónde sale la cifra de 440.000 víctimas de abusos en la Iglesia?

El cardenal Omella pide perdón por los abusos pero dice que las cifras extrapoladas son "mentira"

Abusos sexuales a menores

Abusos sexuales a menores

Sílvia Cóppulo

Sílvia Cóppulo

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¿Te gusta? ¿Qué notas? Yo tenía 12 años. El novio de la prima de una prima. Ni siquiera recuerdo su nombre. No lo había visto antes, no lo vi después. Comida familiar para anunciar su boda. Y al término, mientras las niñas corríamos entre risas por las habitaciones, me apartó del grupo y empezó a acariciarme por debajo de la ropa. Me recuerdo en silencio, congelada, sin poder moverme ni hablar. Por suerte, de repente me llamaron para jugar y pude escapar. Y luego, esa inmensa culpa que llenaba mi corazón de preadolescente. Nunca lo conté. ¿Qué es el amor? Eso del sexo debe ser asqueroso, me decía. Los hombres son peligrosos.

Como periodista, he entrevistado a mujeres que, más allá de unos tocamientos 'normales', han sido violadas durante años por su padre, su abuelo, un amigo de la familia… Infancias rotas, sentimientos encontrados, muchas sesiones de terapia y de esfuerzo de superación para desactivar esa posición de víctima anclada en el cerebro. Para poder vivir queriéndose a sí mismas, vinculándose con apegos seguros y amorosos.

El 50% de las violencias sexuales se producen en el ámbito familiar, concluye el estudio presentado ahora por la Unidad de Atención a las Violencias hacia la Infancia y la Adolescencia del Hospital Vall d'Hebron. Hay que empoderar a las niñas y educar a los niños, recomienda. La investigación está en línea con la del Defensor del Pueblo sobre pederastia, que indica que el 11,7% de la población española ha sufrido abusos sexuales en la infancia y un 1,3% en el ámbito religioso, lo que arroja la cifra de 440.000 personas abusadas por clérigos o monjas. 

Se enfada el presidente de la CEE y arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella. Rechaza la magnitud del dato y señala un 'y tú más', refiriéndose a la familia. Permítame, monseñor: ello ni atenúa el delito, ni por supuesto exime de responsabilidad a los religiosos abusadores, ni a la Iglesia. Justo lo contrario: si son pastores de almas, pongan empeño en que algunos no violen a sus ovejas. Y otro día le hablaré de sor Cecilia. De cómo palpaba si nuestros sujetadores se acoplaban bien a unos pechos incipientes de mujer.

Suscríbete para seguir leyendo