Debate político
Astrid Barrio

Astrid Barrio

Profesora de Ciencia Política de la Universitat de València. Miembro del Comité Editorial de EL PERIÓDICO

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El PSC y la amnistía

Cuestionar la constitucionalidad, la legitimidad y la utilidad de la medida y expresar la existencia de una dimensión interna del conflicto es algo que los socialistas catalanes siempre habían defendido. Ignorarlo es arriesgarse a dejar de ser fiable

PSOE y ERC acercan posturas para la reactivación de la mesa de diálogo

El PSC, en contra de la manifestación de SCC que rechaza la amnistía: "Catalunya votó convivencia"

Manifestación contra la amnistía en Barcelona

Manifestación contra la amnistía en Barcelona / MANU MITRU

Tras unos años difíciles como consecuencia de las fracturas internas derivadas del 'procés', el PSC se ha convertido en el primer partido de Catalunya. Su pragmatismo, su moderación y su actitud política alejada del aspaviento, al que muchos se han abonado, lo han convertido en el partido del orden por antonomasia y en el refugio fiable para muchos catalanes con afinidades ideológicas diversas. Pero, en particular, se ha beneficiado de la deriva sin rumbo emprendida por Ciudadanos, quien a velocidad récord dilapidó todo el capital político obtenido con su victoria en las autonómicas de 2017.

Con el inestimable concurso de los socialistas catalanes, la llegada del PSOE al Gobierno de España ha contribuido a desinflamar la situación política en Catalunya. La creación de la mesa de diálogo, por mucho que eso supusiese asumir el marco mental del independentismo del conflicto Catalunya-España, la concesión de los indultos y la reforma del Código Penal con el objetivo de minimizar los efectos penales del 'procés', más allá de los errores de cálculo, han permitido abrir una nueva etapa en las relaciones entre los ejecutivos catalán y español basadas en la cooperación y en los intercambios mutuos. Vamos, lo que debe ser en un sistema de gobierno multinivel cuando hay afinidad ideológica y lealtad institucional.

Sin embargo, con la amnistía, es diferente. Porque para muchos una cosa es el diálogo, la generosidad y el perdón y otra muy distinta es la amnesia colectiva a cambio de beneficios particulares. Oponerse a ella, como hizo la manifestación de SCC, a pesar de los intentos de instrumentalización por parte de algunos partidos, es legítimo y no se puede despachar diciendo que alimenta la crispación sin atender a sus razones y menos si, hasta hace poco, esas razones eran las tuyas. Al fin y al cabo, cuestionar la constitucionalidad, la legitimidad y la utilidad de la amnistía y expresar la existencia de una dimensión interna del conflicto es algo que el PSC siempre había defendido. Ignorarlo es arriesgarse a dejar de ser fiable y a perder la complicidad de esos sin los que hoy no sería el primer partido de Catalunya y arrojarlos en brazos de los que sí alimentan la crispación.  

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