610,8 km

La planificada conquista árabe

Entrada saudí en Telefónica: la clave está en su negocio en el sector de Defensa

Telefónica y los viejos amigos árabes, por Martí Saballs Pons

Los pasos previos de STC siembran dudas sobre sus verdaderas intenciones en Telefónica

Los pasos previos de STC siembran dudas sobre sus verdaderas intenciones en Telefónica

Martí Saballs Pons

Martí Saballs Pons

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La entrada de Arabia Saudí en el capital de Telefónica a través de STC no es una casualidad. Forma parte de una larga y estudiada estrategia por parte de este Reino para intentar, muy lentamente, diversificar internacionalmente una economía que bebe del petróleo. 

En círculos privados, representantes gubernamentales saudíes explican que en los próximos años este país incrementará su entrada en el capital de empresas extranjeras en sectores como nuevas tecnologías, telecomunicaciones, logística y turismo. Telefónica es solo un peón del tablero de ajedrez. No hemos visto aún nada. Y, si a cambio, tienen que comprar más barcos hechos en Europa o organizar más supercopas de fútbol, adelante.

A fin de cuentas, Arabia intenta recuperar parte del terreno perdido frente a la expansión internacional realizado por otros emiratos del Golfo Pérsico en las últimas décadas, incluido España. Basta recordar los antecedentes de KIO, la oficina de inversiones kuwaití que representaba en España aquel financiero que acabó entre rejas, Javier de la Rosa. QIA, fondo soberano de Qatar, es el primer accionista de Iberdrola, con un 8,69% que representa 6.000 millones de euros en valor de mercado.

En el complejo mundo del Oriente Medio, lleno de históricas rivalidades entre el mundo árabe, otomano y persa, Arabia quiere mantener las puertas abiertas al mismo tiempo con las grandes potencias mundiales. Sus principales clientes son, por este orden: China, Estados Unidos, Emiratos Árabes y Alemania. Que el reino haya estrechado sus relaciones con Rusia tras la invasión de Ucrania no es tampoco casualidad. Mano dura y guante de seda a partes iguales sabiendo que siguen teniendo la llave del grifo.

Por eso, tampoco es casualidad el debate que se está generando sobre el futuro del petróleo y si irá siendo sustitudo progresivamente por las nuevas fuentes de energía renovable. Arabia, tras Estados Unidos, es el segundo productor mundial de petróleo y lidera la OPEP, que marca la oferta y el precio del crudo. Esta semana, la OPEP reaccionó airadamente contra un informe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA) que indicaba que en 2030 la demanda de petróleo tocaría techo. La IEA también apuntaba a que hace cinco años por cada dólar que se invertía en energía fósil se invertía uno en renovables. En 2023 se invierte 1,7 dólares en renovables. El oligopolio petrolífero negaba esta predicción que comparaba con otras realizadas en el pasado, calificándolas de «extremadamente arriesgadas». La producción de barriles de petróleo por día ha pasado de 85 millones de barriles día a 95 desde principios de siglo. 

El gobierno saudí cuenta con 37 ministerios, de los cuales una decena de ellas son eminentemente económicos. Los currículum de los ministros tienen un denominador común: educación anglosajona y europea en las mejores universidades. Mejor no compararlos con el de algunos ministros, aún en funciones, del Gobierno español. ¿Su objetivo? Conquistar. Conocen nuestras debilidades.

Suscríbete para seguir leyendo