Razones para no ir

Ayer Diada, por la tarde piscina

Diada 2023: Manifestación de la ANC

Diada 2023: Manifestación de la ANC / Manu Mitru

Albert Soler

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Como diría Kafka: ayer, Diada de Catalunya; por la tarde fui a nadar. Quitando los ratos de diversión y risotadas que me ha proporcionado, el procés ha tenido una sola cosa buena: permitirme desdeñar la Diada de Catalunya sin cargo de conciencia. Son cada vez más los catalanes que en los días previos aseguran que no van a participar en los actos de la Diada porque se la han apropiado los independentistas (argumentan que ya no es una jornada de todos los catalanes, como si, caso de serlo, ello fuera un aliciente y no un impedimento). No es que yo sea de esos, yo no he dedicado jamás el 11-S a otra cosa que ir a la playa o de bares -eso depende del tiempo que haga- la diferencia es que ahora puedo hacer lo mismo de siempre sin sentirme mal catalán. Simulo que me acojo a ese rechazo por razones políticas y así tengo un pretexto legítimo para pasarme por el forro toda épica nacionalista.

Prefiero permanecer tumbado en la playa con un mojito al alcance de la mano, un libro al alcance de la otra y jovencitas ligeras de ropa al alcance -snif- solo de la vista, que pasear gritando “Visca Catalunya” junto a unos cientos de desconocidos orgullosos de ser catalanes, que ya es tener una vida con pocos motivos de orgullo.

"Aunque, si por mi fuera, lo dejaba todo y enarbolaba una senyera así de grande. Lo que ocurre es que algunos se han hecho suya esta jornada", me recuerdo a mí mismo mientras pido otra ronda.

Ni siquiera sé quién se ha apropiado de la Diada ni por qué, no voy a molestarme en averiguar a quién pertenece algo que jamás me ha interesado. Me vale con poder decir que no asisto por culpa de alguien y que me veo obligado a disfrutar de un día de fiesta, que encima este año cae en lunes.

Otros, como Junqueras, prefieren buscarse alguna enfermedad, aunque esté ya tan pasada de moda como el covid, para dedicar el día a menesteres más placenteros, en su caso habrá sido sentarse a comer al mediodía y no levantarse de la mesa hasta las nueve de la noche, hora de ir a cenar. Cada uno a lo suyo.

Espero que, sea quien sea que se haya apropiado de la Diada, la mantenga en su poder muchos años. Ya me he acostumbrado a despreciar cualquier muestra de orgullo nacionalista en base a que fomenta la división entre catalanes. Tener que buscar nuevas excusas me daría pereza.

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