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3Cat, 'TV or not TV'

Estudios TV3

Estudios TV3 / ALBERT BERTRAN

Marta Royo Espinet

Marta Royo Espinet

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El inicio de julio me marcó profesionalmente hablando: TV3 y Catalunya Ràdio se fusionan en una nueva marca, el 3Cat. Según la información difundida por ellos mismos, "la idea es transformar la estructura tradicional de televisión y radio en una gran fábrica de contenidos". Esta plataforma se pondrá en marcha cuando volvamos de vacaciones, en septiembre, y se irá implementando de forma progresiva. 

La nueva imagen de TV3 y Catalunya Ràdio.

La nueva imagen de TV3 y Catalunya Ràdio. / TVC

Vayamos por partes. Por un lado, seré sincera, romper del todo con una marca que funciona, sin un buen motivo aparente, es muy extraño. Además, TV3 es una cosa y Catalunya Ràdio es otra. No me encajan como marca conjunta. Sin embargo, podría haber una explicación. Hay quien piensa que algunos medios de los llamados tradicionales, como la televisión y la radio, están muertos. Las nuevas generaciones no consumen TV, miran plataformas, en todos los formatos, a menudo desde el ordenador o del móvil. 

Me vienen tres formas de alcanzar este cambio. 

1. Un cambio drástico, total. En este caso, ¿el cambio vendría para intentar enganchar a este público, que nació con las nuevas tecnologías de serie? Será una buena estrategia de marca si los contenidos y formatos de la nueva 3Cat van en línea: actualizados constantemente con información de su interés, creando espacios atractivos tanto visualmente como en el oído, con acceso ilimitado, promoviendo la interacción y el entretenimiento. ¿Qué pasará con el resto de público? ¿Se podrán mantener tanto la misión y como los principios de la marca? Según el mandato del Parlament, ofrecer a todos los ciudadanos de Catalunya, un servicio público audiovisual de calidad, comprometido con los principios éticos y democráticos y con la promoción de la cultura y de la lengua catalana. La producción y difusión de este servicio se gestionará con criterios de eficiencia y buscando la máxima aceptación por parte del público. 

2. Un 'update', una actualización. Otra visión es la de que, como cualquier marca madura en el mercado, la 'Corpo', necesite actualizarse, evolucionar y adaptarse a la sociedad de hoy, para no parecer caduca. Y pueda hacer algún cambio (o crear una nueva necesidad), para aprovechar al hacer un 'brand restyling', un lavado de cara de la marca. Eso sí, sin cambiar la esencia de la marca: valores, misión, visión. En este caso, cambiarían los aspectos externos que forman parte de la estrategia de marketing y comunicación (por tanto, también de marca) como podrían ser el logo con su identidad visual y todo aquello que lo acompañe. 

3. Un 'rebranding', una nueva marca. La tercera opción, que es la que menos me gusta. Sería la de apostar por el 'rebranding', que cambia, además de todos los aspectos anteriores, los valores, misión y visión de una marca, afectando a todas las áreas. Esta opción, tengo que decir que es la más atrevida. Demasiado arriesgado en un momento por ambas instituciones, del todo arraigadas y consolidadas. Si fuera así, sería necesario, mejor dicho, imprescindible, un profundo estudio de mercado para detectar las consecuencias que podría acarrear este cambio de timón. 

La nueva marca, 3Cat, ha sido cuestionada en redes sociales, altavoces de personas anónimas, y no tan anónimas, expertas o no, por diferentes motivos, que van desde el color elegido, asociado inevitablemente al PSC, como la desaparición de la palabra TV o la conversión de la bandera catalana en unas ondas electromagnéticas o altavoz. Y añado, dos tipografías mezcladas, donde el '3' parece la M de Mémora (premonición?). Otros hablan del '3'. Cuando se lanzó TV3, todavía vivíamos casi en blanco y negro. Solo había el primer y el segundo canal (o UHF). Tenía todo el sentido del mundo de que la tele catalana fuera TV3, dicho por muchos la 'Teletrés'

Para ir terminando, me gustaría abrir una reflexión. En pleno siglo XXI, rodeados de digitalidad y de inteligencia artificial, ¿debemos matar las televisiones solo por el hecho de que sean consideradas medios tradicionales? Vuelvo al primer punto, si pasa, ¿qué hacemos con su público fiel, usuarios que se merecen la atención total de la marca? Recuerdo que los datos demográficos del INE de 2022 apuntan a que la población ha registrado un nuevo máximo de envejecimiento, el 133,5%. Es decir, ya se contabilizan 133 personas mayores de sesenta y cuatro años por cada 100 menores de 16. ¿Sería bastante inteligente pasar de puntillas por este dato tan relevante? Y sí, también tenemos que ser digitales porque formamos parte de una sociedad digitalizada: nos informamos, compramos, opinamos, conversamos, gestionamos en línea, en cualquier momento y con todo el mundo, sin fronteras. Un mundo abierto donde las marcas grandes, medianas y pequeñas deben tener su lugar. 

Quizás de aquí a dos o tres generaciones la mayoría de los medios convencionales ya serán como las máquinas de escribir Olivetti, un clásico para los más nostálgicos. Pero por el momento, las marcas tienen que trabajar con y por sus clientes, todos. Mirando hacia el futuro, claro, pero sin olvidar lo que ya tenemos y, por tanto, fidelizarlo como Dios manda. Cambiar de compañía telefónica o de banco requiere mucho esfuerzo. De canal de TV o de emisora de radio, solo es un clic. 'TV or not TV', esa es la cuestión...

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