Estreno cinematográfico
Gemma Altell

Gemma Altell

Psicóloga social. Fundadora de G360.

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La excusa que nos ofrece 'Barbie'

La película transmite, a quien quiera ver esa clave, una crítica y autocrítica sobre la simplificación capitalista que se ha hecho del feminismo

Barbie, la película.

Barbie, la película. / BARBIE

Empujada por mis hijas adolescentes, esta semana he visto la película 'Barbie' y, contra lo que pensaba, me ha sorprendido gratamente. Sin ánimo de hacer 'spoiler', solo por el monólogo de la actriz América Ferrera ya valía la pena hacer esta película. Señalo este momento precisamente para subrayar aquello que resulta profundo e imprescindible detrás del 'brilli-brilli' de la cinta: la complejidad y casi imposibilidad de ser mujeres en sociedades como las nuestras donde estamos sometidas a mandatos de género a menudo contradictorios de los que es difícil sustraerse si no somos heroínas.

Dicho esto, ¿Es 'Barbie' una operación de 'marketing'? Sí, sin duda alguna. ¿Ofrece Barbie un espacio privilegiado para señalar algunos debates? También. Por un lado, hay que reconocer que la película se ha valido de todas las estrategias y espacios capitalistas para hacer de este producto un negocio millonario. Ahora bien, desde mi punto de vista –y aquí viene la segunda parte de mi análisis–, si la película se sirve de canales 'mainstream' para llegar a personas y espacios que de otro modo no escucharían reflexiones como las de Ferrera, bienvenidos sean. 

No creo que 'Barbie' contribuya al empoderamiento de las mujeres. Entre otras cosas porque no sé si el empoderamiento es el foco que debemos poner para identificar y trascender al patriarcado. Lo que sí creo es que–aun sirviéndose de tópicos y estereotipos– 'Barbie' transmite, a quien quiera ver esa clave, una crítica y autocrítica sobre la simplificación capitalista que se ha hecho del feminismo.

La distancia entre los discursos, eslóganes y productos vendidos gracias a la 'supuesta mujer moderna', la diversidad y el empoderamiento y, por otro lado, la realidad. Una autocrítica sobre el concepto de 'éxito' como sinónimo de empoderamiento promovido por Mattel y otras marcas en forma de mujeres poderosas que seguían los preceptos neoliberales del 'querer es poder' y que están, sin duda, muy lejos del feminismo.

La película, a su manera, visibiliza la vulnerabilidad en mujeres y hombres (en parte) y este aspecto es transformador. Por que la transformación real no vendrá de tener más mujeres asemejadas al modelo patriarcal que vivan y sientan como manda el estereotipo de hombres patriarcales. La transformación estará en entender y complejizar la humanidad de la vida, identificar donde reside el poder y gestionarlo de forma colectiva en interés global abrazando la diversidad.

Esta película tiene muchas capas para ser vista. La duda está en cual será la capa más leída, la más señalada, la más nombrada. Por edades, por posiciones sociales, por género, por países, por ideologías, etc. Sin duda, mi análisis responde a mi lugar en el mundo; desde este lugar entiendo esta película como una excusa que permite a mujeres, niñas, adolescentes y hombres de distintas generaciones debatir sobre el famoso espejismo de la igualdad en el que vivimos actualmente y las complejidades humanas y el poder patriarcal que hacen tan difícil romper con este espejismo. Hacen falta más debates cotidianos, no solo sesudos. ¿Barbie será la excusa para mentenerlos?

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