Sánchez resiste pero lo tiene difícil para armar una mayoría
Andreu Claret
Periodista y escritor. Comité editorial de EL PERIÓDICO
El PSOE ha resistido y el PP no está en condiciones de armar una mayoría parlamentaria sumando sus escaños a los de Vox, pese a haber ganado las elecciones. Este resultado, liderado por Pedro Sánchez tras una campaña planteada como un plebiscito en torno al llamado ‘sanchismo’, vuelve a confirmar su extraordinaria capacidad de resiliencia. Es cierto que el líder del PSOE partía de una obra de gobierno positiva en el plano social y económico, pero la economía ya no lo es todo en los países desarrollados, y el PP supo centrar el debate en cuestiones relacionadas con las identidades de los ciudadanos que le eran adversas a Sánchez tras el errático y confuso comportamiento de su gobierno en todo lo relacionado con la llamada ‘guerra cultural’.
Los resultados obtenidos por el PSOE contrastan con el clima político de los últimos meses donde la movilización de la derecha era muy superior. Y con la sensación de derrota anticipada que supuso el revés de Sánchez en el cara a cara con Feijóo. ¿Cuándo se produjo el cambio de signo que explica estos resultados? Probablemente, durante la segunda parte de la campaña, al enredarse el PP en acuerdos con Vox en distintas autonomías y ayuntamientos. Feijóo se equivocó siguiendo el consejo de Isabel Díaz Ayuso según el cual los españoles ya habían normalizado la necesidad de pactos con la extrema derecha. Estos pactos suscitaron honda preocupación en Bruselas, asustaron una parte del electorado centrista y movilizaron a electores socialistas que se habían abstenido en los comicios de mayo. Los resultados de Catalunya, donde el PSC vuelve al primer lugar tras una campaña centrada en cerrar el paso a las derechas, y los de Andalucía, donde el PSOE ha recuperado parte de su voto tradicional, son significativos de lo ocurrido en la última semana. Una semana letal para Feijóo que también ha pagado el precio de inexactitudes y deslices difíciles de justificar.
Sobre el papel, Feijóo podría obtener una mayoría apurada ofreciendo un acuerdo al PNV y algún otro pequeño partido, pero la necesidad de contar también con los escaños de Vox hacen inviable esta posibilidad. Máxime después de la delicada situación electoral del PNV en Euskadi, donde Bildu ha sacado un diputado más. La aritmética también dice que, si no suma el bloque de la derecha, puede sumar el resto, como ocurrió en 2019. Pero los 'idus' se han juntado de tal modo que este sumatorio es aún más difícil porque ahora necesitaría del partido de Carles Puigdemont. Todo ello, tras la derrota del independentismo catalán, que puede llevarle a maximalismos suicidas. Poco antes de los comicios, ya dijimos que la llamada a la participación de Puigdemont solo se entendía por el sueño de ser decisivo. Lo ha conseguido, más por el retroceso de Esquerra que por méritos propios. Queda por ver si aceptará que su partido se abstenga para no cargar con la responsabilidad de un bloqueo y una repetición electoral que suele castigar al que la provoca.
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