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¿Seguro que Feijóo se enreda con los pactos con Vox?

Alberto Núñez Feijóo durante la presentación del programa electoral del Partido Popular.

Alberto Núñez Feijóo durante la presentación del programa electoral del Partido Popular. / José Luis Roca

Lo peor que puede hacer un líder, sea político, empresarial o social, es rodearse de pelotas que le den todo el día la razón aunque la realidad los desmienta. A Pedro Sánchez le han convencido de que si PP y Vox no suman 176 diputados, será presidente. Son los mismos que quisieron ganar con este método en la Comunidad de Madrid y en Andalucía. Estimular el voto útil contra Vox favorece al PP. Eso ya empieza a ser una cuestión demostrada. Por lo tanto, en lugar de hacer de oposición al antisanchismo, que ya tiene tela, estaría bien hacer alguna propuesta en positivo. Pero, además, nadie es capaz de explicarle a Sánchez de qué manera sumará 176 diputados o más diputados que PP y Vox. Alguien está pensando en conformar una mayoría del PSOE con Sumar, Esquerra, Bildu , Junts y el PNV? Lo complicado no es que se entiendan con el actual presidente sino que se soporten entre ellos. Esquerra y Junts se disputan la hegemonía en su campo político como lo hacen Bildu y el PNV. ¿Van a unir sus fuerzas para hacer a Sánchez presidente? Sánchez debería aceptar la duda.

Así las cosas, los alquimistas de la Moncloa, creen que ponen el dedo en la llaga al criticar los vaivenes de Feijóo en los pactos con Vox. Sus voceros repiten una y otra vez que el PP se ha enredado con los acuerdos con la ultraderecha. Podría ser. La realidad es que viendo lo que ha hecho después del 28M, es difícil dictaminar qué hará Feijóo después del 23J. El catálogo es diverso. En Valencia ha hecho lo que quería el PSOE, someterse a unos candidatos estrambóticos de Vox a los que tendrá en la presidencia del parlamento y en la vicepresidencia del gobierno; en Extremadura, les ha dado una consejería folclórica y en Balears los ha dejado en la oposición tras pactar la abstención. Mientras, en Cantabria y Canarias ha pactado con los regionalistas. Y quedan pendientes Aragón y Murcia. El cuadro de tarifas está claro y los votantes saben qué tienen que hacer si quieren más o menos Vox en la ecuación. Algo más sofisticado de lo que parece.

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