Contra reloj

¿A quién le interesa una coalición de izquierdas?

Podemos puede pensar que es mejor pasar a la oposición y rearmarse frente a un gobierno del PP y ante un PSOE debilitado

Podemos arrastra los pies

Archivo - La vicepresidenta Yolanda Díaz, líder de Sumar, con la ministra Ione Belarra, secretaria general de Podemos

Archivo - La vicepresidenta Yolanda Díaz, líder de Sumar, con la ministra Ione Belarra, secretaria general de Podemos / Cézaro De Luca - Europa Press - Archivo

Astrid Barrio

Astrid Barrio

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Las expectativas de reedición de un gobierno de izquierdas en formato de coalición pasan porque Unidas Podemos y Sumar entierren el hacha de guerra y se decidan a formalizar una coalición electoral que les permita maximizar sus opciones en la consecución de representación. Los malos resultados obtenidos por el partido morado en las elecciones del 28 de mayo, al igual que de las izquierdas regionales, todas ellas potenciales socios de Sumar, junto con la súbita convocatoria electoral de las generales, hacían prever un rápida superación de las diferencias. Sin embargo, a escasas horas de la fecha límite para la inscripción de coaliciones electorales el acuerdo no se vislumbra.

Incentivos dispares

Suspicacias, recelos mutuos y vetos cruzados dificultan la 'fumata' blanca y las partes se preparan para culpar al otro del eventual fracaso de las negociaciones. La consulta interna lanzada por Podemos 'in extremis', con una pregunta absolutamente ininteligible, salga lo que salga, puede ser un descargo de prueba.

Pero más allá de que esta dilación puede ser la vieja estrategia negociadora del juego de la gallina, cuyo potencial suicida, no hay que olvidar, es muy elevado, no todas las partes tienen los mismos incentivos para formalizar un acuerdo. La viabilidad de Sumar, que como partido no existe, pasa por mantener el papel preponderante de Yolanda Díaz en el Gobierno con una posición claramente institucional, algo que el paso a la oposición no garantiza. En cambio, Podemos, ante el riesgo de ser fagocitado y de una eventual pérdida de protagonismo de Ione Belarra e Irene Montero si la coalición se formaliza, puede pensar que es mejor pasar a la oposición y rearmarse frente a un gobierno del PP y ante un PSOE debilitado y quizás descabezado y tratar de reeditar la hazaña de sus primeros años de vida asiendo la bandera del descontento y la agitación en la izquierda. Y quien, sabe incluso, si gracias al altavoz televisivo, dando una segunda oportunidad a Pablo Iglesias.  

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