Barcelona, vuelve a ser Barcelona (el poder de una coma)

Barcelona, mi ciudad. Una ciudad poderosa, luchadora, alegre y viva. Una ciudad de colores, aunque en los últimos años hayan lucido solo dos: el blanco el negro. Una ciudad rica, también de espíritu. La joya de la corona. Un diamante, aunque a veces bruto.

Barcelona, ciudad diversa y creativa. Con múltiples facetas, donde los contrastes conviven de manera armónica, lo que enriquece y estimula a la ciudad, a sus ciudadanos y a sus amantes, que no son los de Teruel. 

Barcelona es infinita, como el cielo y sus nubes, como el mar y sus olas, como las plazas y su gente. Que te mecen, te arrastran o te gritan, según el día. Según como se mire.

Barcelona somos todos. Personas, comercios, bares, restaurantes, talleres, pequeños negocios. Que aparecen y desaparecen, que se marchan, vienen, bajan persiana, se venden o se reinventan.

Barcelona, una ciudad que enamora. Cuando oyes su nombre o ves una foto, no puedes evitar que algo se mueva dentro de ti. Durante un instante, te quedas atónito. Sí, es ella, la ciudad de tus sueños. La que todavía, a pesar de todo, te sigue conmoviendo. No sabrías decir por qué pero sólo oírla nombrar, te emocionas.

Barcelona, una ciudad consolidada. Un producto único y, tras él, un concepto de marca. La marca Barcelona, un aval para todos: personas, empresas, industria, inversores, pequeños negocios y, como no, instituciones. 

Barcelona, marca paraguas. Una marca que saca partido de su buena reputación -en inversión, en trabajo, en comportamiento, en modo de hacer, en protocolos, en trato, en eficacia- que perciben las personas y que hace que forme su imagen. Gozar de reputación no quiere decir mucho, el tema es que esa reputación sea buena o excelente, para avalar a otras marcas relacionadas. Empresas como Coca-Cola o Nike aprovechan esta estrategia para el lanzamiento de nuevos productos o marcas secundarias. Estrategia aplicable a países, regiones o a ciudades. 

Valores y características

Barcelona, marca ciudad. Un conjunto de valores, características, activos y estrategias que crean una identidad diferencial y única de una ciudad. Aporta diferenciación respecto a otras ciudades, creando un valor único y una gran confianza que le ayudan a desarrollar y a expandir su potencial.

Barcelona, una ciudad capital. El centro de Europa. El centro del mundo. Capaz de impulsar sus atributos y generar atractivo emocionante y relevante para que su potencial público la prefiera por encima de otras propuestas; ya sea para vivir, estudiar, trabajar, invertir o, sencillamente, para visitar y pasear.

Barcelona, la mejor apuesta. De diseño, de vanguardia, de arte, de modernidad, de innovación, de nuevas tendencias, de futuro. Fusión de arquitectura, urbanismo, escultura y restauración. Diferencial, casi única. Un mar y montaña en una misma ciudad. 

Barcelona, esa eres tú. Mi ciudad. 

Barcelona, que ganas tenía de que volvieras. Y, según parece, has vuelto.  

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